Intimo

En esta ocasión llegue con mucha ilusión después de tantas historias increíbles que escuchado hasta el momento del sitio. Llegue y me dieron dos viajes por escoger, el de la carta o la degustación. Decidí irme por la carta ya que me quería ganar la confianza, y sinceramente se la ganaron. Los sabores de la comida, bebidas, y vino que me sugirieron desde el muchacho de la barra hasta unos de los muchachos que es propietario fueron increíble. No entiendo como hay reseñas de algo que vaya en contra de este sitio. Me di cuenta hasta en la decoración del sitio, hay paredes blancas, colores sutil, una biblioteca de las maravillas de los restaurantes y barras que llevan el paso en el mundo actual. No es un lugar donde quiero distraerme mucho. Es un lugar donde vengo a comer y tomar un viaje, con música ligera, luces bajas, fue una experiencia increíble. Los felicito y estaré haciendo el viaje de la degustación en un futuro muy cercano.

No soy muy inclinada a la cocina molecular ni a las degustaciones. La comida no me pareció nada del otro mundo, escasa y supremamente caro.

La entrada es algo difícil de encontrar, y el restaurante es pequeño (3 mesas) pero el ambiente es bueno. Francisco, nuestro mesero, nos explicó con detalle el menú. El menú es muy complejo y eleborado, pero bien explicado. Sería bueno visitar cuando cambien el menú para ver las nuevas opciones. Los 11 platos del menú duran 1hr+, programen bien su tiempo

Intimo es una experiencia, como tal debes tratar de sacar lo más que puedas de ella. Mi recomendación es preguntar siempre por la historia detrás del plato, del productor y como llegaron a descubrirlo. Es allí donde está el encanto de este lugar. El menú cambia bastantes sin embargo el plato que nunca falla es tanto el Pato como el puerco.

Una carta muy particular. La mezcla de sabores es exquisita con ingredientes innovadores. El ambiente bohemio y relajado invita a disfrutar cada plato.