Salsipuedes

Ambiente formal y refinado. Ideal para un almuerzo de negocios. El servcio de primera. El menu, autoria de Cuquita, super creativo con elementos de gastronomía Panameña. Probamos las Patiamburguesas y la Panga de Ceviches. Ambos muy bien preparados y presentados.

De entrada nos brindaron un pan de maíz super esponjoso, acompañado de mantequilla. Fuí al week con sabor a Panamá, el arroz era tipo paella super delicioso, con trocitos de aguacate y platano maduro emulando un arroz tradicional con salsita acompañado de tajada y aguacate. El chicharon de cerdo estaba riquisimo crocante la piel tierno y delicioso por dentro. Incluía una bebida con seco, toronja miel y Tajín ( en el borde) deliciosa tambien. De postre un helado de arroz con leche con crocante de arroz con canela y azúcar, súper rico, solo un poquito empalagante. El mesero super amable y atento a todo, el lugar es super lindo

Muy bueno el cocodrilo. El arroz con langosta buena y la hamburguesa esta bien. La comida en general buena pero no para volver.

Localizado en un Hotel el restaurante tiene un ambiente agradable. Tuvimos la oportunidad de probar tres pescados de su menú. En orden de preferencia el que más me gustó fue el róbalo en salsa de langostinos y cenizas de ajo. Salsa negra deliciosa a la cual tuve que pedir pancito para poder acabarla completamente. La yuca si no sabes que es yuca quedas en el aire. No adivinas. De segundo la cobia con su salsita de coco y un punto de picante perfecto. Leí previamente la información sobre este pescado que ha sido introducido en la costa pacífica de Panamá en septiembre de hace dos años debido a un accidente y escape en el Ecuador de este predador de crustáceos y calamares. Recientemente se cultiva en mar abierto en Panamá. Su carne blanca y con consistencia fue de mi agrado. Finalmente la corvina como de costumbre para mi gusto con su carne tan suave y simple estuvo aceptable pero llegó de tercera en este derby. Los vinos extremadamente sobre valorados. Nos acompañó un Catena Chardonay. Volveré por el Cocodrilo.

Muy refinado y exquisito. Reservamos por Degusta pensando probar los platos de la carta pero solamente era Brunch y tenían un menú. Disfrutamos del ambiente y el magnífico servicio, especialmente de Erika la camarera que nos atendió. Como sugerencia: existe una versión del Baked Alaska que consiste en flambearlo con licor al momento de servirlo. Ese acto es todo un espectáculo pues donde lo sirven así, suelen bajar la intensidad de la iluminación para atraer la atención y lograr el máximo disfrute de los comensales. Sería lo que le falta a Salsipuedes para situarse en la cima!