Maito

Tenía muchas ganas por conocer este lugar (desde hace años!) y por ende también tenía grandes expectativas. Debo ser muy honesta con mi reseña, la comida me gustó pero no me deslumbró. Esperaba mucho más de un restaurante que se encuentra como parte del The World’s 50 Best Restaurant. La atención fue muy buena, el ambiente súper acogedor para diversas ocasiones, desde una cena romántica hasta una cena de trabajo. Degustamos varias entradas, entre ellas el Kanpachi tartar acompañado de unos patacones súper delgados tipo chips que me encantaron; también probamos el Cochinita pibil, Maíz y short rib y el wonton dumplings de camarón. De plato fuerte pedí la pesca afro que viene acompañado de una ensalada verde con una vinagreta que estuvo deliciosa. Me gustaría volver a visitarlos por el arroz negro Maito que me generó muchísima curiosidad, del cual espero que sea el salvavidas que me permita cambiar mi parecer de la comida de este lugar.

Es un complemento buenísimo entre atención, ambiente y comida. Para empezar el pan de la casa calientito, muy rico. Probamos el cochinito pibill, las carimañolas, los calamares y el chow mein con pato crocante, cual de todos deliciosos, vale la pena darse el lujo de ir a este restaurante.

Este lugar esta lleno de estilo, la comida es gourmet como era de esperarse, pero no se si es taaan buena como para costar lo que cuesta, hay muchas opciones excelentes para comer en la ciudad, sin que el costo sea tan alto. El servicio es esmerado.

Es uno de mis restaurantes favoritos de Panamá! El ambiente, la comida y el servicio son todos excelentes, por lo que es entendible que esté tan bien rankeado a nivel mundial. Mi plato favorito son los calamares rellenos de risotto, que es un plato único inventado por el chef y que cada bocado es una experiencia. La mezcla del riso arboreo con las salsas y el calamar es excepcional. El ambiente es perfecto para ir con tu pareja y bajarte del bus en un buen date, y quedarte tomando los vinitos un rato. Tengo cero quejas de este lugar!

De las distintas ocasiones que hemos estado en este ya tradicional restaurante, no logramos darle las 5 estrellas, nos seguimos quedando en 4, pues siempre hay algún plato que se queda corto frente a los demás. En esta ocasión ordenamos como entrada cochinita pibil envuelta en una tortilla panameña, de masa crocante y gusto exquisito. Entre los principales, salmón, bueno de sabor, pero no lo suficientemente jugoso; para este plato pedimos que cambiaran el el acompañamiento por ensalada y entonces sirvieron el filete del pescado solo en un gran plato, fallando en la presentación. El otro plato fueron calamares con risotto negro, en el cual los calamares estaban en su punto perfecto de cocción, así como las vieras al lado que lo acompañaban, y el risotto muy gustoso y con la consistencia adecuada.