El lugar es muy bonito y la comida deliciosa, pero para ir durante la semana. Se recomienda NO IR LOS FINES DE SEMANA o, en caso de ir, ir MUY temprano. Es muy problemático desayunar los fines de semana… el lugar es pequeño y compacto, con lo que al estar lleno está lejos de ser un lugar agradable y tranquilo con el bullicio y las mesas tan pegadas. Además, entre las personas que llegan para llevar, el personal está desbordado. Hay tanto ruido que hay que elevar la voz, con lo que en todas las mesas se termina casi gritando y uno termina involucrándose en las conversaciones de las mesas al lado. El estacionamiento es problemático, no hay donde dejar el carro en la plaza. Hay que reservar con anticipación, porque no hay lugar donde sentarse.
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Llegue a este pequeño rincón, por una buena reseña que encontré en la web, me encantó las opciones de panes rústicos y tradicionales, ordene una tostada de huevo y salmón con un te (early grey), y me lleve su famoso Pan Chokobrot de carbón y salvia... definitivamente regresaría para probar otras opciones
El lugar es pequeño pero acogedor, hay que reservar o llegar temprano, tenía muchas ganas de probar el pan y estuvo mejor de lo esperado, la tostada de salmon con huevo riquísimo, y el emparedado de queso suizo con el dip que te dan le da un toque fenomenal, obviamente me lleve muchos panes para probar.
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