Cantina del Tigre

Fuimos en sábado para el cumpleaños de mi mamá. Un grupo de 5 adultos y 2 niños menores de 11 años. La terraza está en la parte de atrás de la "casa" en la 68 San Francisco, antigua peatonal. El espacio es amplio, tipo terraza con techo que cierra o abre, piso de piedritas (NO LLEVEN TACONES). Es bastante fresco pero recomiendo ir lo más holgado posible. La atención por Éric fue excelente. Cuidado en todo detalle, desde que teníamos un alérgico a los mariscos que sólo podía comer pescado hasta los deditos de pescado que peleó en la cocina para que los niños comieran. Recomiendo 100% que incluyan los fish sticks en el menú; estaban buenísimos. Los patacones RULZ y pedimos prácticamente todo el menú por lo que puedo decirles que todo estaba buenísimo. Arroz Darién, los ceviches, el pulpo al carbón con papás, el pescado al carbón es como para 2-3 personas, el humus de frijoles blancos con arañitas. Nos quedamos sin pedir los camarones fritos pero si seguro estarán tan buenos como todo lo demás. Pedimos los dos postres que tienen... El flan es para morir encima de él y rematado con unas fresas con crema... Ufffffffff nivel

Una experiencia sencillamente espectacular. Los platos bien presentados, deliciosos, el servicio excepcional. El personal conoce el menú a la perfección y las recomendaciones son muy acertadas. El ambiente acogedor y diferente. Ampliamente recibe dado para ir en grupo. Los platos son para compartir

atención muy buena y siempre atentos. la comida muy buena en especial el tasajo, ceviche de mamon chino y el pulpo

Visité este restaurante por el boom que ha tenido en los medios después de estar entre los mejores de América Latina. La verdad me decepcionó. De lo que logré probar, estaba todo ok, nada espectacular. Y menciono de lo que logré probar, porque pedimos la pesca del día, con la salsa aparte y arroz con coco y después de esperar bastante y ya habernos servido y comido un plato, nos traen el pescado cubierto en salsa y con patacones. Nos pidieron disculpas, después de unos minutos porque se llevaron el plato sin mayor explicación. Luego nos dijeron que en 10 minutos nos traerían otro plato. Paso el tiempo y nada. Decidimos pagar el único plato que nos llevaron e irnos. Cabe mencionar que cuando llegamos el restaurante estaba vacío, así que no había excusa de que estaban muy ocupados.

Recientemente fuimos a cenar y, como siempre, la comida fue excelente. La ensalada de mango y papaya era una maravillosa combinación de dulce, salado y picante. El carbón de la coliflor asada proporcionaba un agradable contraste con el hummus cremoso de frijoles blancos y las galletas de arroz agregaban un poco de crujido. El pescado frito afro estaba húmedo con una masa delicada y la salsa de curry de coco era un complemento cremoso y sabroso. El tamal tenía un montón de camarones y la salsa de papaya tenía el nivel de dulzura adecuado. Sin embargo, el servicio fue pésimo. Hacía muchos años que no recibía un servicio tan malo. Con suerte, esto fue solo un contratiempo.