Moró

Lo principal a mencionar - la atención. Los dos jóvenes que nos atendieron, muy buenos y comprometidos con su servicio. De igual forma, el ambiente del restaurante muy bueno; decoración y vista a la ciudad - excelente. La langosta y el filete de res muy buenos (excelente presentación de los platos). Los langostinos buenos - aunque un poco simples. Quedamos satisfechos y contentos con la experiencia en este restaurante. Definitivamente muy buena opción para regresar.

Me gustó mucho su decoración y su ambiente. El servicio de los meseros estuvo superior. Su gastronomía exquisita. Jamás había probado el pato y me gustó,estaba suave y jugoso. Es un restaurante bien gourmet pero definitivo que iría nuevamente.

La verdad me decepcionó bastante la comida, me encanto la presentación de todos los platos, pero los sabores en sí nada que ver. El lomito de cerdo super seco y la langosta tambien, el pulpo no estaba freco y ademas varios platos del menú no los tenian disponibles. No creo que regrese pero tienen toda la capacidad de mejorar sus platos.

He ido 3 veces, dos veces brunch dominical y 1 en la noche. Progresivamente han ido bajando la calidad. Muchas frituras y pocas proteínas.Carnes duras, el pato desapareció, menos postres y puros merengues. Lo único que mantienen es la buena música.

Algo complicado llegar al lugar si no se está alojado en el Hotel o no se conoce la ciudad. La vista no es tal vista de la ciudad, sólo se ven los edificios cercanos a través de la pared de vidrio. La decoración es muy bonita; tal vez un poco de música le vendría genial, pues el ambiente estaba aburrido para ser viernes en la noche. Los platos bien presentados, las entradas deliciosas, el Rollo de Langosta y la Ensalada de Pera en su punto. El Lomo de Cerdo divino pero el Pato Confitado muy dulce para mi gusto y en cuanto al postre el flan en base crocante no fue lo que esperábamos. El trato amable y esmerado, atendidos muy gentilmente por José.