Moró

La propuesta de Moró para los días domingo consiste en un brunch con 3 horas de duración para el almuerzo. Desde que llegas al lugar te percatas que vas a vivir una experiencia diferente. El nivel de servicio está muy por encima del promedio a otras propuestas similares en el mercado local. La variedad de alimentos no es exagerada, pero la calidad y presentación de los platillos son impecables. La paella y el cochinillo fueron mis favoritos. El panal de miel para acompañar los quesos fueron el cierre perfecto a una memorable experiencia. El open mimosa estuvo a la altura también. Definitivamente lo recomiendo. Volveremos.

El ambiente espectacular, muy lindo para compartir en familia o una velada romántica. La comida deliciosa; el servicio lo sentimos un poco intenso ya que no habíamos terminado las entradas y ya nos estaban retirando los platos, interrumpieron la conversación reiteradas ocasiones para saber cómo estaba todo, lo cual está muy bien pero fue demasiado invasivo, teníamos que interrumpir nuestra charla para atenderlos a ellos. En general muy bueno todo, sobretodo los sabores y presentación de la comida.

He ido 3 veces, dos veces brunch dominical y 1 en la noche. Progresivamente han ido bajando la calidad. Muchas frituras y pocas proteínas.Carnes duras, el pato desapareció, menos postres y puros merengues. Lo único que mantienen es la buena música.

Tuve una excelente cena en este restaurante. La atención fue de 10. Me encantó el queso crema con aceitunas negras. El menú es chico pero variaso y completo, las porciones son buenas.

El servicio muy bueno, el restaurante tiene buena panorámica, es espacioso y buena distribución sin embargo la comida no me impresionó a pesar que los platos eran creativos, los vinos los encontré caro comparándolos con otros restaurantes de igual categoría.