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Un restaurante al que llegas con altas expectativas y todas van cayendo una por una desde que entras al local, ya que al parecer no funcionan los extractores y el olor a humo es increíble, te llevas el olor a casa en la ropa y el cabello. Pedí 3 entradas y ninguna remarcable, al contrario, mis dumplings quemados y sin sabor; y el hamachi incomible y sin consistencia. Los camarones tempurizados los puedes encontrar mil veces mejor en cualquier otro lado. Luego de los malos entrantes, la comida mejoró bastante, la carne estaba muy bien sazonada y los espárragos muy ricos. Luego el postre, ordené un rice pudding que estaba 7/10. También muy rico. Los tragos no son su especialidad, el gin mas simple que he probado y pedí otro trago que no recuerdo el nombre el cual ni siquiera pude tomar un tercer zip de lo extremadamente dulce que estaba. La atención aunque traten de dar un buen servicio, se nota que les falta capacitación, en repetidas ocaciones trataron de llevarse mis platos sin haberlos terminado, en otra ocasión; si se lo llevaron sin preguntar y no lo había terminado. En fin, una experiencia mas agria que dulce. Sin duda no regresaría.
