Maito

Fuimos en plan de celebración, creo q faltó el detalle de preguntar al momento de introducirse. Del menu de entradas el pulpo altamente recomendado, los wantons rellenos de pollo algo salados al paladar y la masa algo gruesa, lo cual hace perder la emoción de degustarlos La comida cumple con las expectativas, lo mejor del plato fue el Pescado chombasia, estuvo exquisito, los shortribs buenos pero no sobresalían. Algo caluroso el lugar, pudiese mejorar el clima (y eso q estaba en el área cerrada con aire acondicionado), se me hizo incómoda la temperatura. La atención estuvo en su punto, súper atentos y diligentes los chicos. Los comensales nada reservados en cuanto al tono de voz, pierde encanto la velada ( claro está no es culpa en absoluto del restaurante). Recurdo haber visitado el local hace un par de años, esa experiencia fue mejor que esta, pero debo aclarar que no x esto dejar de merecer la pena visitar el local. En global el balance es positivo. Mis elogios al pan de la casa

Luego de visitar este restaurante debo decir que Maito se ha ganado un lugar destacado en la lista de los Latin America’s 50 Best Restaurants 2023, y no es para menos. Este restaurante ofrece una propuesta culinaria que explora y celebra la identidad multicultural de Panamá, fusionando sabores, técnicas y tradiciones de una manera única.. Durante mi visita a Maito, tuve el placer de probar algunos de sus platos más emblemáticos. La cochinita pibil que fue un deleite para el paladar, con su carne tierna y jugosa, aderezada con los sabores intensos y bien equilibrados de las especias tradicionales. El chuletón crocante que destacó por su textura perfecta y su sabor profundo. Para culminar la experiencia, las fresas con crema ofrecieron un final refrescante y delicado, con una dulzura sutil que cerró la comida de manera impecable. Cada plato en Maito no solo es delicioso, sino que también cuenta una historia, reflejando la rica herencia cultural de Panamá. Sin duda, es un lugar al que me encantaría regresar, no solo por la calidad de la comida, sino también por la experiencia completa que ofrece: una verdadera inmersión en la esencia de la gastronomía panameña.

Por primera vez me pareció que las opciones estaban demasiado rebuscadas, prácticamente no sabíamos lo que estábamos comiendo. Tengo sentimientos encontrados sobre la frecuencia con la que cambian el menú, en parte me gusta ver platos nuevos pero en parte me gustaría poder pedir aquellos que me encantaron en visitas anteriores (como el gallo pinto!). De las entradas, nos gustó el tartar y el ceviche picado, que nos avisaron que ya sale del menú. De los platos fuertes, lamentablemente no nos encantó ninguno! Ni mis langostinos estaban tan ricos, demasiado elaborados sin lograr un resultado que valga la pena repetir. De los postres, el ganador fue las fresas con crema, clásico, sencillo, con un toque especial (helado de aceite de oliva según nos explicó Alejandro, nuestro mesero). Su atención muy buena.

Es una apuesta segura para comer rico y disfrutar platos panameños con un toque gourmet. Todos los platos son presentados como una obra de arte. La atención del personal y el ambiente son 10/10

Maito es todo lo que esta muy bien en un restaurante. La atención, el ambiente y por supuesto la comida es maravillosa. La experiencia es perfecta, y solo quedan las ganas de volver.