Francis Rasenna

Había escuchado diferentes comentarios sobre este restaurante y quise ir a probarlo para sacar mis propias conclusiones. El lugar es hermoso, lindo ambiente. Sin embargo, la comida estaba fatal. A cada persona de la mesa le trajeron su plato en momentos diferentes. La pasta estaba fria y dura (no al dente, dura). La milanesa demasiado grasosa, la lasagna de berenjena la he comido mejor en mi casa. Y hasta los vinos estaban malos. No volveré, muy mala experiencia.

La comida el lugar y la atención simplemente espectacular. De entrada unas albóndigas, langostinos y pan de la casa. Plato fuerte una pieza de puerco que no recuerdo el nombre y una all amatriciana que estaba deliciosa. Para acompañar el vino de la casa que pega con todo y de postre un helado de limon. Todo delicioso😍

Una experiencia culinaria inolvidable en la tradicion italiana. La pasta casera es, sin duda, la estrella del menú. Cada plato es una obra de arte, elaborado con pasión y precisión. El servicio es excepcional, con un personal atento que se asegura de que tu experiencia sea memorable. Cada recomendación del chef lleva consigo la promesa de un viaje gastronómico que no decepciona.

Pudiera calificarlo solo con una palabra: EXCELENCIA al grado superlativo. Los platos son preparados con alta calidad. El menú sumamente escogido para degustar sabores netamente italianos. Desearía regresar cada semana.

La comida estuvo bastante buena pero el punto de sal un poco pasado, lo cual le resto al sabor de las salsas. Mis platos favoritos fueron las polpette (albóndigas), la scamorza affumicata, la busiate, el agnolotti y la panna cotta. El servicio fue bastante bueno y el ambiente muy acogedor.