Es uno de esos sitios tan frecuentes en Panamá para ir a “ver y ser visto” como en Mundo Social, pero al menos la comida es buena. Claro llegas a probarla después de que te ha recibido una host en chancleta de dedo cero acorde con el local y de que te pidan reserva con el sitio medio vacío. Pero bueno, hay que entender que a quienes sienten que esto es “chic”, aunque para mi eso se llama mal servicio, pero toca conformarse. El lugar es bonito, con detalles de interiores muy bien cuidados, pero a pesar de los esfuerzos por controlar el ruido con paneles acústicos, los gritos de un grupo niños maleducados (que estaban con sus papás) y los de algunos comensales desesperados porque el resto los vieran allí, nos hizo pedir que nos movieran a la terraza. De lo que ordenamos recomiendo la entrada de hongos portobellos y naturales, deliciosos. Las pastas que más me han gustado son los canelones de pollo y los rigatoni de res y otras carnes que están deliciosos. Los postres son todos en base a chocolate, y su tiramisú está bien bueno. Para todos los platos, en el menú aparece una opción de maridaje con los vinos de su bodega, lo cual facilita la elección de los mismos. Lastima que con comida tan buena, y con personal tan amable, toque toparse con la grosería de la “anfitriona” (podría el Sr. Ciniglio regalarse zapatitos de pasada) y de la gritería de algunos comensales.
Platos recomendados
Calificar el restaurante (recibe 20 puntos)
Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Muy ricas las pastas y los mejillones!!! La sala privada es muy agradable, recomendada para ir en grupo. Los postres pueden mejorar, no me gustaron mucho
Excelente comida, servicio y ambiente. El dueño presente siempre y cuidando cada detalle. Voveria sin dudarlo. Muy muy bueno estuvo
El mejor restaurante italiano en Panamá! Carpaccio de res, langostinos con aguacate, pescado y langostinos con champiniones! Comemos hasta el morir. Excelente eleción de vinos. Volvemos muy pronto!
Si bien este restaurante es muy bueno y tiene una trayectoria que no se puede cuestionar, me parece que está un poco sobre estimado en cuanto a la comida en sí. El ambiente es bueno aunque la acústica del lugar es pobre y si hay mucha gente el sonido se convierte ensordecedor. El servicio es excelente y los servidores son altamente conocedores del menú y de los platos que se ofrecen. El pan con tomate y queso no me pareció nada especial, al igual que los camarones con aguacate, que fue una recomendación del mesero (no estaba en el menú) y resulta que costaba $20. La porción incluía unos cuantos camarones (ni siquiera langostinos) cortados longitudinalmente por la mitad y la verdad no guardaba relación alguna con el precio cobrado. Me llevé muy mala impresión porque en el menú ninguno de los aperitivos costaba ni cerca de esto, y al no estar en el menú lo considero como una práctica no muy leal para con el cliente. Comí la lasagna de chorizo que estaba muy buena, al igual que un helado de Chocolate con Almendras y Amareto.
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