Vinoteca

I had dined at this restaurant a few years ago after they first opened. The food was not particularly good. The chef/owner passed by my table and asked how everything was. I told him that my ravioli was served cold. His response was: "Hopefully the next time you come it will be better." Needless to say, there was no next time. A week ago we were invited to join a group for dinner so despite our earlier experience we agreed to try it again. The chef/ owner took our order. I think people think he is friendly and gregarious. In reality he uses that impression for virtually constant upsetting throughout the meal. The prices of the specials are not mentioned. No sides are included. I ordered corvina Sicilian style and was told that it should be accompanied by white rice. I said okay. When it arrived, there was a bed of potatoes under the fish. They charged $3 for a tiny portion of white rice, Seriously? We were served some very nice chopped marinated hot peppers with onions in respone to a request for hot sauce. One of our group asked if it was available for purchase. They brought 2 jars to the table without further comment. We were charged $6 each without asking if we wanted them. Frankly, I don't understand why people like this place. The food is mediocre at best and I am surprised people tolerate the constant upsetting. Perhaps they don't look at their bill but the whole experience feels to me Like an assault on your wallet. There is much better Italian food in Panama City. If you like good value, I suggest you skip this place.

Simplemente delicioso!! Las pastas hechas a mano valen la pena. El lugar es pequeño muy íntimo. El servicio es extraordinario

El restaurante es muy acogedor y la comida deliciosa. Comida realmente italiana. La pasta hecha a mano es espectacular. El dueño / chef atiende personalmente. El servicio excepcional Como el lugar es pequeño, recomiendo hacer reservación

Visité este restaurante un lunes para cenar después de mucho tiempo de querer ir. A mi juicio la utilización del espacio fue excelente. La decoración me pareció muy apropiada y agradable y el restaurante tiene un ambiente muy acogedor. Por el tamaño pequeño que tiene se siente "lleno" a pesar de no haber tanta gente y eso siempre hace la experiencia más agradable. Las fallas en mi mesa fueron con el servicio. Al iniciar nos ofrecieron agua. Luego de nosotros decir que queríamos agua normal del grifo, el salonero nos "echó el cuento" de que hoy habían quitado los filtros y que no podían servir agua, obligándonos a pedir agua embotellada. Una desagradable mentira, que no entiendo la necesidad de la misma, en lugar de tratar de vender agua mejor vendan más vino u otras cosas. Más adelante durante la cena vimos como le servían agua normal a una mesa a lado que estaba siendo atendida por otro salonero. Terrible comienzo, pero no le dimos mucha importancia para evitar dañarnos la noche. Luego de eso el servicio fue muy regular, por muchas fallas en detalles básicos: no nos retiraban los platos vacíos a tiempo y no nos rellenaban las copas de vino ni de agua, teníamos que hacerlo nosotros mismos. Una pena ya que lo que todo lo demás estuvo muy bien. La comida estuvo fenomenal, aunque fuimos de "más a menos". Iniciamos con los 2 mejores platos de la noche de entrada: albóndigas de la nonna y provoleta con alcachofas, ambos excelentes, las albóndigas suaves y llenas de sabor con una salsa de tomate casera espectacular. La provoleta en una cazuela caliente, muy bien sazonada, las alcachofas y tomates secos haciendo un complemente fantástico. Dos de los mejores platos que he comido últimamente, total perfección en ambos. Seguimos con canelones de pollo y ravioles de salmón, que estuvieron bien y terminamos con el tiramisú que está muy bueno. Tomamos 2 quartinos de vino, uno blanco de Italia y uno rosado de Francia, ambos buenos pero nada memorable. Muy recomendado.

La comida estuvo deliciosa, de verdad que excelente comida; el ambiente no estuvo mal, pero el día que fui estaba bastante lleno el restaurante, creo que para ser tan chico deberian admitir cierta cantidad de personas. En cuanto a la atención, no me gusto para nada, pedi lo que había dejado para llevar, la persona con la que fui solo dejo unos frijolitos y el mesero le pregunto también sarcasticamente a la persona si también los quería para llevar