Salsipuedes

La última vez que visitamos Salsipuedes fue hace 19 años cuando estaba en planta baja y el Hotel Bristol constaba de una sola Torre. El restaurante ha cambiado un poco la identidad, pero continúa con su excelente oferta gastronómica y fina atención. Pedimos de entrada el croc-pop (ya habíamos probado cocodrilo anteriormente - sabe a pollo) y un ceviche. El croc-pop está servido encima de un patacón. De platos fuertes pedimos el róbalo con arroz, el pollo con setas, el Udón a la huancaína, langostinos a la brasa, Tacu Tacu de pork belly crispy y el pulpo anticuchero. La visita fue de celebración de una ocasión especial - un cumpleaños - y nos ofrecieron de cortesía un tres leches a otro nivel.

Fuimos a la cena navideña de 5 tiempos con vino incluído. Todo muy bien presentado y buen sabor de cada uno de los platos, las porciones algo pequeñas, para lo que uno acostumbra de una comida navideña. El restaurante muy bien cuidada la decoración, se pasa un rato agradable.

Me encanto todo! La atención, el Hotel, La Comida, todo. EL desayuno súper recomendado, variado, de buena calidad, varias estaciones, el personal muy Atento, unos tacos riquísimos, la Chef Candy muy atenta. Lo recomiendo.

el brunch dominical y las hamburguesas de burger week siempre son un no brainer. En este caso fui por comida a la carta, estuvo bien en general excepto el lobster mc cheese que estuvo buenísimo. Servicio muy atento pero demoraron bastante en traer los platos.

El menú parecía atractivo y las primeras impresiones fueron muy positivas. El servicio fue muy amable y profesional, y la etapa inicial indicaba que se trataba de algo realmente bueno. El pan de maíz hecho en casa y la mantequilla casera tenían un excelente sabor. La alta calidad continuó con un ceviche realmente bueno, así como un fantástico tartar de salmón e igualmente croquetas de portobello. Y entonces todo salió mal: Una entrada de tacos con pato estaba tan seca y gomosa que ni siquiera todo el chutney de mango del mundo pudo salvar el plato. Al mismo tiempo, sabía como si hubiera pasado demasiado tiempo en la nevera. Un plato de pescado (róbalo) sabía bien, pero el pescado estaba seco. El plato principal de "Pato hasta la Raíz" estaba seco, duro como la piel de un zapato y completamente desprovisto de sabor. El plato era completamente incomible. Hace muchos años que comemos pato y apreciamos mucho esta carne suculenta y ligeramente rosada cuando está bien hecha. Dos platos "sustitutos" (Langostinos a la Brasa y Pollo & Setas) eran buenos, pero no se acercan a la calidad que pretende el lugar. El mensaje del chef, transmitido por la salonera, por lo demás amable y profesional, era arrogante y despreciable. Era como si si no te gustara la comida que salía de la cocina, fuera tu culpa. Así que, según el chef de Salsipuedes, un pato debe estar seco y duro como la piel de los zapatos. Según todos los demás, debe ser tierna y sabrosa. En los últimos 15 años, la escena gastronómica de Panamá ha evolucionado enormemente, impulsada en parte por talentosos chefs panameños y restaurantes, que han puesto de relieve las tradiciones locales y excelentes productos. Pero esta noche ha demostrado la vieja verdad de que no es oro todo lo que reluce. El envoltorio era atractivo, pero el contenido en general era demasiado decepcionante.