Después de leer varios comentarios de este restaurante, fui con expectativas de no esperar mucho en cuanto al servicio y el ambiente, pero si en la comida que según la valoración es buena. Les relato como me fue:
El servicio, es malo cuando llegamos nadie nos dio las buenas tardes, ni la bienvenida y habia personal del restaurante apenas subes las escaleras.
La mesera sin conocimiento y experiencia alguna de los platos y de lo que contiene; no recomiendo nada, no oriento, ni pregunto si queriamos algo más (parece nueva en esta profesión). Me molesto que no expliquen lo que contienen los platos, ni que indiquen como se comen. La terraza en muchas ocasiones abandonada, las meseras hablando adentro y no atienden las mesas de afuera.
El Chef, si estaba en el local pero no paso a conversar, ni a preguntar nada (como dicen en otros comentarios que si hace), él solamente estaba atendiendo una mesa de conocidos, a los demás que estabamos en el restaurante ni nos volteo a ver.
El que salva el servicio es un señor que parece que atiende el bar y lleva los platos a la mesa, ojala que sea él quien los atienda.
El ambiente, no es un restaurante que te traslada a la India, decoración sencilla, parece más cafeteria. Adentro tienen aire acondicionado y televisión. Sí, se sienten los olores de los condimentos, la cocina tiene una ventana que da hacia las mesas, tal vez por eso se siente tanto.
La comida, es regular no me parecio buena, las samosas de pollo con sus dos salsitas fue lo mejor, la cebollas con harina de garbanzos muy fritas con áreas quemadas. Las carnes no vienen con acompañantes hay que pedirlo aparte. El pollo que viene con el plato que pedí que se llama Thali, simple, sin sabor; no recomendado este plato.
No creo que el Chef supervise mucho la calidad de los alimentos que se sirven.
Precio/calidad no vale la pena. No volvere a este restaurante y si vuelvo a probar comida hindú ire a otro.
