Maito

La ropa vieja estaba incomible, arroz con coco aguashado, la presentación de la carne, muy poca agradable a la vista, que lastima.

Me encanta visitar Maito, probamos las torrejas y carpaccio, ambos super ricos, de plato fuerte pedimos el guacho de mariscos - que es un rissotto - delicioso y el mongolian - la carne suave, exquisita. El postre, fue pie de limón, no me mato, creo que pediría otra opción.

Una vez más volvimos al Maito. Repetimos para complacer paladares de otras latitudes, que de visita en Panamá, reclaman gastronomia local. Bueno, el asunto no ha cambiado mucho y en honor a la verdad la comida es más bien aburrida y sin nada que la distinga para convertirla en un emblema gastronómico de la ciudad y sobre todo de la panameñidad, que parece ser lo que pretenden. Ya ni me acuerdo que pedimos, pero siempre como que lo mismo. El sello, que es supuestamente lo local, se siente un tanto extraviado, aunque lo mas identificable es la fusión chino-panameña. Por tanto, el Maito es una mesa que se te olvida muy rápido. Conserva el buen ambiente, aunque afuera se asemeja mas bien a una cafetería rodeada de plantas tropicales. La atención es buena. En fin, como dijo una amiga itsmeña y canalera; al Maito yo no vuelvo.

Hermoso lugar, buen ambiente, amplio, decoración natural con plantas, el servicio excelente, buen espacio de estacionamiento, la comida es muy creativa para los que quieran probar cosas nuevas, el postre fue un espectáculo, es un lugar para momentos muy especiales.

Uma das melhores opções do Panamá, faz jus aos prêmios e reconhecimentos recebidos. O ambiente é agradabilíssimo, tranquilo e aconchegante A comida é fenomenal com várias opções que te deixam em dúvida. Destaque para o risotto negro com lula. O atendimento também é diferenciado.