He venido muchas veces a este restaurante pero nunca para desayunar y no me decepcionó. Me gusta su luminosidad y la atención generalmente es buena. Pedí un bisctec encebollado con tortilla y un jugo de naranja. Mi acompañante un bistec de hígado con hojaldre que le satisfizo mucho también. Buena selección.
Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Fui dos veces la semana pasada y las dos veces pedí el mismo plato fuerte, Filete troceado a la plancha, que vino en su punto, jugoso y con los vegetales que le dan su toque. Lo pedí con arroz blanco. En la primera ocasión pedí para compartir con mi invitados el pulpo al carbón, que viene en pinchos y es una delicia. También en la primera ocasión no tenían las botelitas de cava que me gustan, así que tomé vino blanco Albariño, que es un poco fuerte para el almuerzo. En la segunda ocasión si tenían cava. De postre, como siempre, el volcán de chocolate, imperdible. Este lugar es agradable porque tiene una gran iluminación natural y siempre me siento en las ventanas que dan sobre el parque. De igual forma, para almuerzos hay gran animación. Nos tocó el viernes un partido de fútbol y hasta los meseros estaban más concentrados en el partido que en atender a los clientes. Es un restaurante que no defrauda.
He estado en dos ocasiones recientemente y siempre quedo satisfecha, por la relación costo calidad de este restaurante. Deberían poner más atención en el entrenamiento de los saloneros. En una ocasión la chica que nos atendió no sabía lo que era un Chardonay o un Sauvignon Blanc. En otra los muchachos estaban distraídos y no traían lo que solicitábamos a tiempo. Pero la comida lo compensa. Mondongo (en tamaño entrada) es delicioso (se llama callos) con arroz blanco y cacerola de mariscos, insuperables. De entrada, siempre pido pulpo al carbón, que viene en pinchos y los compartimos. Tienen un postre divino que es volcán de chocolate, que es un brownie con chocolate caliente y cuando uno lo pincha se derrama y viene con una bola de helado de vainilla. Lo más interesante de este restaurante es que de día tiene una iluminación natural maravillosa y si te sientas en la ventana que da al parque, la vegetación del mismo te produce una sensación de estar en otro país.
Muy buen ambiente, luminoso, vista a un parque y buena carta. Pedimos unas entradas de pulpo al carbón y de mi parte, los callos con arroz estuvieron deliciosos. Todos (éramos 5) quedamos muy satisfechos de los platos que pedimos y además del ambiente y la atención.
Estuve en un evento del Centro de Incidencia Ambiental y se ofreció un brindis posterior a la conferencia. Los salones de reuniones me parecieron espléndidos, muy adecuados, con mobiliario fino y recursos versátiles. Posterior se sirvió un brindis que fue muy bueno, abundante, con platos muy creativos, como un ceviche con un plátano que lo coronaba en forma de espiral, unos emparedados de pollo con porción de pechuga muy generosa, una tortilla española exquisita, compacta, seca, gruesa y que la decoraba un generoso pedazo de jamón serrano. También las brochetas de mozarella y tomates cherry con aderezo de pesto estuvieron muy sabrosos. Es realmente un gran descubrimiento que tengan tan buen servicio, estacionamiento, salones muy profesionales y bocadillos tan buenos.
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