El inicio de la experiencia casi siempre es con algo de espera (máximo 20 minutos) en la puerta del local, que si es un día soleado puede dejarle muy acalorado y si es un día de lluvia, muy mojado, es complicada la espera por ser casi a la intemperie, pero en mi opinión vale la pena. En este lugar es excelente el plato de colas de langosta con risotto y espárragos, mi favorito. Y para tomar, un batido de maracuyá en leche. El postre de la última vez que fui (pastel de queso), estaba dañado, por lo que fue devuelto y no fue incluido en la cuenta. El muchacho que nos atendió fue muy amable, un poco pasado de confianza, pero amable. La supervisora del chico que nos atendió no fue tan amable y se acercó a la mesa solo para decir que su pastel de queso estaba bien y que nuestro paladar no estaba acostumbrado a ese tipo de sabores. Luego de la excelente comida que tuvimos decidí no tener un intercambio de palabras, por lo que simplemente pagamos y nos retiramos. Pero es cierto, mi paladar no esta acostumbrado a sabores de comida descompuesta. Del local puedo decir que desde la terraza la vista de la ciudad es muy bonita, tanto de día como de noche; sólo que para mejorar podrían sacar la basura que flota en el agua bajo el restaurante, ya que se ve realmente desagradable y afea el lugar.
Platos recomendados
Calificar el restaurante (recibe 20 puntos)
Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
Un poco demorada la comida. Los refrescos de frutas naturales muy buenos. Recomendaría porciones de carnes mas pequeñas, 460gr es mucho para una sola persona.
Me encanta mucho este local porque el ambiente es en el mar solo que a veces ponen la música muy alta y no se puede charlar en el tema de la comida existe un corte de carne en particular que se llama Vacio muy suave y con mucho sabor se los recomiendo con un jugo de maracuya en agua y el pie de limón de postre...
Comimos en la sucursal de Amador. La comida como siempre deliciosa, pedimos una entrada exquisita que es tomate a la capresa(o algo asi), el especial leños, y la ensalada cesar, un sin fin de sabor. Mi critica constructiva va hacia la HIGIENE, el baño incómodo y muy sucio, los inevitables talingos posandose en mesas y caminando entre las mesas. De resto, una excelente y relajante vista.
La comida es aceptable, lo que si es super malo es el servicio. Esperamos demasiado por nuestros platos y eso que el restaurante estaba vació.
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