En medio de nuestro paseo dominical decidimos pasar un buen rato y comer rico en Casco Viejo, el lugar tiene su encanto, el servicio puede mejorar: pedimos agua al llegar, 10 minutos después tuvimos q volver a pedirla pues no la servían , al llegar la corvina en salsa de maracuya, faltaba la ensalada q según el menú era un acompañante de la comida, la chica que nos atendía subió las escaleras y le grito al chef: ella dice que no le sirvieron la ensalada!! Muy feo escuchar desde nuestra mesa el comentario... la comida estaba fresca y en su punto más estos inconvenientes les restan puntos.