Fui con mi familia para San Valentin. Ya había ido con mi hermano y la experiencia había sido buena.
Sin embargo, está vez la experiencia fue muy mala. Se entiende que el lugar por la fecha estaría lleno pero ellos no estaban preparados para atender al gran número de personas que llegó. Las demoras en servicio se hicieron notar y lo peor fue el chico que nos atendió, pedimos agua y luego ketchup y no nos los hizo llegar. Tuvimos que pedir a otros saloneros que nos asistieran con nuestra petición.
La comida como la primera vez que fui, EXCELENTE. Ahí no hay quejas. Hamburguesa para los chicos impecable; para mí esposa una entraña y para mí una picaña. Ambas cocidas como la pedimos. El acompañamiento que era una ensalada muy buena.
De vuelta a lo negativo. Luego para que me trajeran la cuenta fue otra odisea. Se la pedí a varios saloneros y al final después de más de 30 minutos me tuve que parar yo mismo e ir a la caja. Cuando llegue ahí el salinero que inicialmente nos atendió súper mal (José) en ese momento iba a calcular la cuenta y le dije claramente "contigo no voy a tratar porque tú servicio ha sido muy malo", ahí intervino el gerente y me cobro. A su favor tuvieron la alerta situacional de no pedirme si dejaba propina.
Lo último fue, que como el lugar no cuenta con mucho estacionamiento, los carros son estacionados uno detrás de otro. Desafortunadamente el chico de valet parking no se acordaba de quién era el carro que nos bloqueaba la salida, así que una amistad que estaba ahí fue mesa por pesa preguntando de quién era el carro. El gerente fue a preguntar pero luego de un rato me imagino por servir a los clientes el no pudo seguir la búsqueda. Fue nuestra amiga la que encontró a los dueños del auto y luego de 40 minutos nos pudimos ir.
Lindo restaurante, buena comida pero muy malo el servicio. Deben organizarse mejor porque su buena comida nos los va a llevar muy lejos si siguen así.
