El Viejo Santana

Espero que alguno de los encargados del restaurante lean estos comentarios y hagan algo al respecto. Por primera vez fui anoche a cenar, después de varias recomendaciones de amistades. Como leí previamente aquí, resulta que en efecto, la joven que recibe en la entrada es sumamente grosera y sin tacto, con voz de molesta pregunta que uno qué fue a hacer al local, si es que vamos a comer? Esas no son las maneras de tratar a ningún posible cliente que está recién entrando a pedir mesa. Mi pregunta es: y si uno solo quiere ir al lugar por unos tragos? Entonces no dejan pasar? Muy mala la atención de parte de ella, se salva que una vez adentro los meseros son muy atentos y serviciales y se esmeran porque la velada sea amena. En cuanto a la comida, sin duda debo decir que excelente, pedí un Risotto de mariscos y todo estuvo perfecto, al igual que el ambiente, buena música y muy lindo el lugar. Es una lástima que quién es la primera cara del lugar, tenga cero atención al cliente y deberían hacer algo al respecto, porque no todas las personas van a quedarse, otros simple y sencillamente dan media vuelta y se van.

Fuimos un viernes por la noche con otra pareja de amistades. La atención es amable y atenta. El ambiente del restaurante es muy acogedor con un estilo peculiar. Está ubicado en un segundo piso. Recomendado el salmón, la entraña y las pork chops. El menú es bastante variado. Definitivamente regresaría nuevamente.

La comida es DELICIOSA!!! Súper divino el ambiente, la atención es excelente! Me encantan este lugar, ahora uno de mis favoritos!

Nos atendieron de maravilla, la comida exquisita ! Y el ambiente ni se diga! Todo fue espectacular. Volveremos de seguro, pedi un risotto de mariscos y los mariscos se sentían frescos y el sabor muy delicioso, la mesera siempre estuvo a nuestra disposición muy amable y atenta. La reserva estuvo lista sin problema alguno.

Fui a este lugar con mi esposa, mi madre y una amiga de mi madre. Si hubiera conocido el ambiente antes no hubiera ido con mi madre, me parece que es enfocado a un público joven. Espero que solo haya sido percepción mía, pero al llegar la recepcionista nos dice que todo está reservado, solo hay balcón y barra, escogí balcón. Note que el lugar siguió totalmente vacío por una hora y media mas y hasta que nos fuimos siempre hubo mesa libre dentro. Creo que por ir con mi madre y su amiga nos echaron al balcón. La comida no está mala, pero no sorprende. La atención se Vanessa, la mesera, fue muy buena.