El Santuario (Hotel La Compañía)

Una comida regular opacada por una atencion pesima. Para empezar, nadie para recibirnos, sin anfitrion. El encargadobo gerente nos vio 3 veces y nunca se tomo el tiempo de preguntar si necesitabamos o esperabamos algo. Los baos estuvieron normal, nada que un restaurante asiatico no ofrezca. Las carimañolas de pato , sin comentario. En lo unico que destacaron fue en loa cocteles, el 1700 y el sour estaban impecables. El postre fue pura azucar y chocolate. Y para rematar la atencion en el lobby del hotel como si se tratara de la casa de monedas, practicamente hechados del lugar. No lo recomendaré para eventos de negocio

El Santuario, es preferible que reserves desde que llegamos la experiencia fue A+ muy atento el personal, en la Mesa nos atendio la Sra Sheyla muy atenta y pendiente a los detalles, consultaba, asesoro recomendo, la comida servida a tiempo buena temperatura y los sabores garantizados, el ambiente espectacular y cuidan cada detalle, definitivamente uno de las mejores atenciones y la calidad de la comida vale cada centavo pagado

An interesting mix of different cuisines, served in a lush atmosphere with attentive staff. Unfortunately all of the dishes were average at best. The paella was the most agreeable tasting followed by the butter chicken with naan. The wok seared tenderloin was just ok and could be made better with a much lighter sauce. The accompanying rice, served with the beef, although plain was the best tasting thing on the table.

El servicio es impecable, aunado que es un Hotel mágico lleno de historia de nuestra hermosa Panamá. Pedimos entradas carimañolas, dim sun, baos y estuvieron esquisitas. Yo pedí la picaña y los sabores insólitos. Sin lugar a dudas seguiré visitando.

Era el cumpleaños de mi mamá y queríamos ir a un lugar especial a desayunar. Fuimos el domingo 4 de diciembre, era desayuno buffet. El mismo tenía una propuesta bien variada de frutas, había una carta especial para los huevos, (omelet, benedict, etc) crossants, panes , enchiladas, bistec encebollado, changa, desayuno chino y este incluía una mimosa. El lugar es simplemente espectacular, con paredes originales de la época en que fue construido por los españoles. Pasamos un domingo en familia, full recomendado.