Fuimos un sábado en la noche a celebrar el cumpleaños de una amiga. La verdad que la decoración del sitio es muy bonita y acogedora y la atención del mesero fue muy buena y esmerada. Pedimos unas brochetas de queso con tomates cherries de entrada que llegaron a tiempo y estuvieron bien. Al hacer el pedido de los platos fuertes, demoraron más de 45 minutos en traerlo a pesar que el restaurante estaba bastante vacío. La cumpleañera pidió una hamburguesa que estuvo buena, uno de mis amigos pidió un rissoto con hongos, que la porción parecía más de degustación y que no lo satisfizo, por lo que le tocó asaltar el resto de los platos de la mesa. Otro de los comensales pidió una corvina la cual estaba medio cruda, de broma pedía limón para ver si podía convertirlo en ceviche, yo ordené raviolis de espinacas con salsa de cuatro quesos, tenia buen sabor, pero llegó completamente fría a la mesa al igual que la otra pasta pedida por otra de las comensales .
Pedimos de postre unos dulces de chocolate que medio que mejoraron la velada, pero ciertamente la decepción con los platos fuertes fue mayor y nos dejó, a todos, un mal sabor por lo que lamentablemente, en esta ocasión, no puedo recomendarles este restaurante.
