Fuimos un domingo, que no es el mejor dia porque los viernes y sabados por la noche hay orquesta en vivo. La comida estaba buena y el servicio excelente. El lugar muy bien montado, la ubicacion en un 6to piso no es usual, pero es un local inmenso. Vale la pena ir!
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Platos recomendados
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Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + PLato principal + Bebida
El brunch muy divertido para los niños las entradas todas en su buen sabor comida muy variada y tentadora exquisita nos atendieron muy bien música en vivo muy entretenida
Calle Dragones ofrece una experiencia única que combina la cocina cubana con influencias asiáticas en un ambiente de cabaret que evoca la Habana de los años 50. El diseño del lugar te transporta a una época de glamour con su decoración sofisticada, luces tenues y un aire de misterio, recordando a los antiguos cabarets habaneros. Es ideal para celebraciones o noches especiales donde se busque no solo comer bien, sino también disfrutar de un espectáculo. Si buscan un ambiente único con una propuesta culinaria diferente, vale la pena considerarlo, aunque con la expectativa de que es una inversión en una experiencia completa.
Gente tienen que hacerse un favor y visitar Calle Dragones. Desde el momento en que entramos, quedamos impresionados por la decoración. Cada detalle del ambiente, desde los colores hasta el la iluminación contribuyó a crear un entorno cálido y acogedor. En cuanto a la comida, la fusión de sabores cubanos y chinos superó nuestras expectativas. Comenzamos la noche con unos camarones crocantes como entrada. Estos camarones estaban perfectamente cocidos, con un rebozado ligero y crujiente que complementaba a la perfección la frescura del marisco. Fue una excelente forma de iniciar nuestra cena. Luego, mi esposa pidió un risotto de short rib y frijoles. El plato era una maravillosa mezcla de texturas y sabores. Yo opté por el Korean Short Rib, un plato que combinaba la ternura de la carne con un marinado exquisito. Finalmente, compartimos un arroz con marisco. Los mariscos estaban perfectamente cocidos, y el arroz tenÃa ese toque justo de sazón que lo hacÃa irresistible. Para cerrar la noche, no pudimos resistirnos al cheesecake, que fue la manera perfecta de culminar esta experiencia culinaria. Su textura suave y cremosa, acompañada de un sabor delicadamente dulce, hizo que cada bocado fuera un placer. En resumen, Calle Dragones no solo nos brindó una cena deliciosa, sino que también nos ofreció una experiencia completa que combinó excelente comida, música en vivo y un ambiente inigualable. Definitivamente, es un lugar al que volveremos para seguir descubriendo más de su propuesta culinaria. ¡Una joya en la ciudad!
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