Cafe Coca Cola

un ambiente muy original, la atención no es mala pero es un poco lenta, sin embargo la comida en este caso fui por desayuno y estaba delicioso. los batidos demasiado rico

Desayunando con la historia de este país, para los que no saben esta cafetería fue inaugurada en 1875, es decir, a finales del siglo XIX, se sigue conservando tal como era por lo menos hace unos 35 años, fui a desayunar y pedí bistec en salsa con hojaldre y tortilla, la hojaldre como las que se hacían ante grandes y con buena masa, no de las de ahora que parecen mas una crep, así que recomendado este plato, vendré por el almuerzo la próxima vez a ver si continúan igual de buenos como antes. Los precios muy buenos, comer en el Casco Viejo resulta caro y esta es una excelente opción, ya que es bueno, bonito y barato. el lugar muy limpio y agradable y la atención del personal excelente.

El sitio bien ubicado en Santa Ana no tiene muchos estacionamientos, tienen un ambiente medio deben mejorar el aire estaba encendido solo un lado luego encendieron el otro y se sentía el polvo deben de hacer limpieza de ductos y la atención más o menos chica no sabía de que le hablamos pero tratamos con gentileza pero deben instruir más a cada una y mejorar los platillos por parte del cheff las tostadas francesas malisimas un pan frío lleno de leche y sin sabor

Cuentan con menú variado y para todos los gusto. En esta ocasión pedí un sandwich Cubano el cuál demoraron mucho en servir el pedido. El restaurante estaba vacío. El servicio puede mejorar.

Entrar al Café CocaCola es un viaje en el tiempo para todos los sentidos. La sencillez es el elemento central en todo: desde el ambiente hasta los platillos. Sin embargo, los sabores de antaño se mantienen y para los que crecimos alrededor de Santa Ana y sus antiguas cafeterías, los emparedados y bebidas del local te recordarán sin lugar a dudas las experiencias de la niñez. Me encantó poder visitarlo una vez más en compañía de mi familia.