Un lugar muy fancy, el costo de la comida elevado. La atención no estuvo mal pero a la hora pico de almuerzo les falta, se demoran en atender. Buena comida, muy rico el pan de la casa. Recomiendo los dumplings de cordero, los langostinos, el risotto de langosta y el tres leches.

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Reseñas
(4.5K reseñas)Precio por persona de: Entrada + Plato principal + bebida SIN ALCOHOL
Precio = Entrada + Plato principal + Bebida SIN ALCOHOL
Esta un poco escondido, pero no fue difícil llegar. El local es lindo, decorado de forma extravagante pero elegante, incluso las copas para el agua son diferentes a lo que se usa en cualquier otro restaurante, le da un toque de estilo único. Nos sentamos cerca de la cocina, por lo que se escuchaba el bullicio del personal trabajando. Falta unas cortinas, toldo o persianas, ya que entra mucha claridad en días soleados. La comida estuvo buena, aunque hay sabores tan extravagantes como el mismo local, si quieren probar algo diferente, éste es el lugar para visitar. La atención del personal fue muy buena.
Habíamos ido hacía un tiempo a este restaurante a la hora de almuerzo y, por el tipo de ambiente, teníamos pendiente ir a la hora de cena. Lo hicimos en esta ocasión y nos fue muy bien en todos los sentidos. Ordenamos 3 entradas y 4 platos principales. Como entradas, degustamos los dumpling de camarón, dátiles rellenos y carpaccio de pulpo; aunque no todos en la mesa nos inclinábamos por entradas dulces, los dátiles fueron los ganadores, con una fusión perfecta entre la envolvente tocineta con el dulce del fruto; los dumpling, muy buenos, aunque, obviamente, el camarón les da menos fuerza que los más tradicionales de carne; el único algo flojo de gusto fue el carpaccio, pues en otros lugares logran que el pulpo tenga un sabor más concentrado. Pasando a los platos principales, ordenamos la entraña Azahar, atún abrasado, langostinos Azahar y risotto de langosta; el risotto, espectacular en sabores y textura; la entraña, con un toque muy sutil de perfume de trufa, que dejaba un excelente e inusual regusto para una carne de tan poderoso sabor; el atún llegó ligeramente frío, pero excelente en calidad, presentación y, al estar abrasado en chía, logra el ligero crocante de la más usual semilla de ajonjolí, pero con esta muy acertada variante; los langostinos, igualmente buenos. La atención, muy esmerada y atenta, con oportunas sugerencias. El ambiente, tipo contemporáneo, muy acogedor, principalmente para una velada nocturna.
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