Azafrán

El mejor restaurante de Panama. Excelente servicio, ambiente y comida. Las albondigas son espectaculares y el short rib con rissoto.

Deliciosos platos, ambiente romántico y elegante. Excelente servicio por parte de todo el personal. Lo parkings son un poco difíciles por el área, especialmente cuando está lloviendo, pero de resto, excelente.

El restaurante está em una ubicación tranquila en san Francisco, el interior es grande y espacioso. Esta bonito y bien decorado. Las sillas no son muy confortables, podría ser mejor. El servicio de los meseros fue espectacular, todos muy atentos y muy amables. Todo el tiempo pasaban por la mesa y verificaban como estábamos. La comida estaba buena, pedimos de entrada los tacos y de plato principal arroz con pulpo y mi esposo ribeye con risoto parmesano. Tengo que decir que los sabores de los platos estaba bueno, pero no identifique ni un sabor espectacular o diferente que llamara la atención, así que por el precio pagado y el status del restaurante esperaría algo mas elaborado. También probamos el postre de brioche, que este si estaba delicioso. El pan hecho en su punto y caramelizado, muy rico.

Un sitio donde te harán sentir en casa y consentido. El menú es bastante reducido más no así los sabores, todo está muy bien pensado, y cada tanto hacen cambio en el menú q no da lugar a q te aburras. Un lugar donde comer bien es el lema, cuenta con una gran variedad de vinos. El shortrib deliiiii, el pulpo uffff, los tacos de puerco con el crocante q me hacía pedir más no tienen comparación. Me encanta q hagan actividades como cenas maridaje donde pruebas nuevos vinos y los conjugas perfectamente con los platos

Desde la entrada buen recibimiento. No había tenido la oportunidad de saborear su menú y me pareció aunque no extenso, con posibilidades exquisitas. Pude saborear un buen vino que me acompañó a la perfección con lo solicitado en el menú. Probé unas costillitas de cordero que estaban muy buenas pero mi esposa un mero que no tenía nada especial aunque con buen sabor. Cabe destacar la amabilidad y presencia constante de los que nos atendían, siempre oportuno, nunca tuve que servirme el vino. Volvería sin lugar a dudas.