Delirio

El lugar está muy bonito y la comida buena pero el servicio es pésimo en el restaurante y por eso no he vuelto más

De lo mejor que hay en Santiago de Veraguas! Estuvimos el fin de semana en el hotel, y podemos decir que el desayuno es bueno, y la comida en el restaurant bien preparada. El Chef Armando Brown se acerca a conversar y preguntar como va todo, es un experto chef que atiende a la clientela. Nos toco un waiter muy bueno llamado Antonio, muy atento. Este restaurant es recommendable.

Estuvimos en el restaurante de paso, y la verdad nos pareció bastante bien, lo único que debo destacar es que únicamente contaban con un solo mesero para todo el salón, mas sin embargo el chico que nos atendió fue muy amable, como sugerencia podrían darle al personal de atención al público un par de frases básicas tales como : que desea de tomar, le sugiero el plato x, puedo ofrecerle ____, y/o ayudarles con un par de platos a recomendar que puedan dar como opciones a personas que nunca han ido al restaurante. De la atención solo debo remarcar que el chico que tienen de host, no es muy cortés, sin contar que nos entrego un menú promocional que ya no aplicaba. De la comida la hamburguesa gourmet estaba buenísima el toque caramelizado de las cebollas y los hongos se podía apreciar muy bien sin caer en lo empalagoso, la carne estaba perfectamente cocida y fresca, lo único que debo resaltar es que el pan estaba un poco suave y su consistencia no era buena ya que se deshacía en cada bocado. El ambiente del restaurante es muy acogedor y ameno, el cual se presta para diferentes tipos de actividad

El restuarente ofrece buenos platos como wraps y las pastas, los nachos son buenos pero en cuanto a las hamburguesas, hay mucho que mejorar, el pan está muy tostados y se deshace, todo, en cada mordida

La comida es muy rica, especialmente los desayunos, las ensaladas y las cremas. La atención es horrible, pésima, fatal. Son muchos saloneros para poca gente y aun así demoran: te miran desde el mostrador y vienen a traer el menú al menos 10 minutos después. Van trayendo las comidas una a una y cuando todos terminamos de comer, avisan al último que faltaba para recibir su plato, que "no tienen más". Esto jamás nos había pasado en ningún restaurante, ni siquiera en los peores. Por más buena que sea la comida, no vale la pena amargarse el día con tan mal servicio.