Villa Ana 1928

Servicio: ⭐️⭐️⭐️ bueno Pretende ser un servicio de altura, pero aún le falta para llegar a ese nivel. Se reconoce que quieren dar a conocer la historia de la casa. Pueden ser más específicos y estrictos con el código de vestimenta. Habían personas con jeans y zapatillas deportivas. Comida: ⭐️⭐️ decepcionante Ofrecen un menú conciso, que no cubren las espectativas de las descripciones. Le falta el toque wow. Bastante regular, algo que se puede comer en cualquier sitio, incluso en casa. Ambiente: ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ MARAVILLOSO! Particularmente vuelvo a un restaurante por la atención. Si el servicio fue bueno, pero la comida no tanto, vuelvo. En este caso no aplica. Voy a volver por el interiorismo. Impecable! La única sugerencia es que no deberían tener ambientadores de olor en los comedores, interfieren en la experiencia sensorial de comer RECOMENDADO: Pasar por cocteles en el ático! Una belleza!!! los fines de semana tienen música en vivo. Si te gusta el arte, no dejes de visitar la galería de arte a tu salida.

Es un lugar muy especial, de los más elegantes para visitar en Panamá. solicitan que se cumpla con el dress code y no permiten el uso del celular. La atención y los cockteles excelentes. De entrada me encantaron las gyosas de pato y el tartare de res. El plato fuerte fue pasta con mariscos, estuvo rico pero pudo desarrollar un poco más. El postre súper recomendado.

Fuimos a almorzar a Villa Ana y quedamos halagados por la exquisita comida de tipo francés y fusión- La atención de primera categoría y la decoración sobresaliente ya que es una antigua casa de una heredera que fue restaurada.

El mejor lugar: comida deliciosa, excelente atención, ambientación super bonita, música en vivo espectacular. Lo recomendamos absolutamente. Si tienes una ocasión especial, no dudes en ir allí.

During our recent visit we were mesmerized by the outstanding restoration that undertook this magnificent residence. The ambiance was perfect for a special occasion, the service as well was friendly, professional and very attentive, however, for such a grand place we expected the food to rise to the level of it’s surroundings. I ordered the chicken and it was a bit salty, my spouse ordered the seafood pasta, which was fishy indicating that the seafood was not very fresh. Someone else in our party ordered the grouper which she very much enjoyed. The steak tartare was also very tasty, the burrata salad was just ok. The pineapple tart was delicious, but the chocolate ganache was unimpressive. I would certainly go back for drinks and to listen to the live Jazz duo on a level above the restaurant and/or the cigar bar. Overall it was a wonderful experience.