Vera Café

Un lujoso cafe en el casco antiguo. Tienen buenos postres y café en cuanto a sus precios algito elevado, pero lo vale por su atención y también por el ambiente.

El lugar es muy bonito y acogedor. Tienen buen ambiente. Los postres son hermosos. Llevan mucho detalle en su presentación. Estaban bien de sabor. Sus precios no son económicos. El helado estaba bien.

El lugar es super cozy, ambiente relajado. La atención es de primer nivel, excelente trato y tiempo de entrega de los cafés y empanadas. Super recomendado si estás en el Casco Viejo y quieres conocer el Hotel Sofitel.

Durante nuestras dos estancias en el Sofitel Legend Casco, hemos pedido muchos cafés en Vera Cafe, y cada vez el café ha sido perfectamente preparado, rico y sabroso y nunca amargo o agrio. Los pasteles en el café también son increíbles. Los croissants son simultáneamente ricos y mantecosos y ligeros y hojaldrados. También hacen un pastelito relleno de la masa de croissant que es un poco más denso que los croissants, pero también una maravillosa (grande) delicia que tiene un crujiente agradable y no es demasiado dulce. (Probé el que tenía el relleno de pistacho). Además, el café sirve algunos pequeños bocados (empanadas, sándwiches) y estos también eran bastante frescos y sabrosos. Vera Café también ofrece una experiencia de degustación de café que fue estelar. Lucía organizó la cata y ella fue una increíble riqueza de conocimiento sobre todos los aspectos de la industria y el consumo de café. Ella pasó una hora con nosotros! Probamos la mezcla personalizada Sofitel (hecha por Café Santos) en un French Press y un grano de geisha Santos en un Pour Over. Los cafés tenían sabores y cuerpos muy diferentes, pero cada uno era delicioso a su manera; y cada uno era preparado a la perfección para mostrar lo mejor de cada grano - gracias al conocimiento y la habilidad de Lucía. Recomiendo encarecidamente esta experiencia a cualquiera que le gusta el café. (Nota - tiene que ser organizado con antelación).

Paramos en Vera Café, ubicado en el lobby del Hotel Sofitel en el Casco Antiguo, para disfrutar de unos cafés y helados. Ambos estaban deliciosos. Aunque el lugar es pequeño, ofrece un ambiente acogedor. El servicio fue normal para un café. Además, nos llamó la atención la variedad de pasteles, bombones y croissants, que lucían muy elaborados y deliciosos. Sin duda, planeamos regresar para probar más de sus opciones de repostería.