Desde que entramos al restaurante nos hicieron sentir como en casa. La atención fue genial. Pedimos unas almejas de entrada que han sido de las más ricas que he probado! El pan de la casa fresquesito y delicioso. A mi esposo le sirvieron una langosta recién traída de San Blas acompañada de pasta, rompió los esquemas, estaba delicioso el plato. Mi hijo pidió una entraña que según ellos estaba riquísima (yo soy pecetariana). Y a mí me trajeron una pasta con berenjenas y salmón que para que contarles... estaba de muerte lenta! Los postres un espectáculo, la sangría ni se diga... Hace muchos años no voy a Italia pero de verdad....me teletransportaron ... Definitivamente vamos a regresar. Altamente recomendado
3 Me gusta