Sunly (El Dorado)

La comida es relativamente buena; los saloneros atentos, pero no personalizan el servicio, y el ambiente es sencillo y acorde al estilo de comida.

El restaurante tiene buen servicio, ambiente agradable y la comida buena, es una buena opción para ir si desean comer comida china.

Siempre que puedo voy a Sunly por sus ricos desayunos (dim sum), hay variedades de cosas para escoger, buen ambiente para pasarla en familia y la atención muy buena.

Comida auténtica china, buena atención y buen ambiente. Ordenamos un cangrejo con salsa de jengibre, delicioso a otro nivel, pero costoso.

Fuimos anoche a Sunley la.comida estuvo de primera! A todos nos encantó el plato que pedimos, las cantidades son para un buen apetito, pero bien si se puede compartir con el resto de la mesa. El servicio muy bueno un personal muy atento. Lo único que me decepciono es que no tenía Pato, plato imprescindible en un restaurante de comida chiná. Lo demás estuvo muy bien. Fuimos nuevamente a Sunly el sábado 18/8 todo estuvo como de costumbre bien; la comida y la atención muy buena. Pero que mal momento hemos pasado cuando salimos del restaurante nos encontramos con que nuestro auto estaba bloquedo y no eramos los únicos, a muchos otro clientes les pasaba lo mismo ya que resulta que el restaurante tenía un fiesta privada en la sala de arriba y a medida que iban llegando se iban estacionado delante de los autos que ya estábamos bien ubicados en el parking. Pasamos más de 1 hora esperando a que salieran a mover el auto que nos bloqueaba, igual Le paso a otros clientes que estaban cenando en el restaurante. Esto nos pareció de muy mal gusto y muy irresponsable de parte de la administración del restaurante ya que para un evento de tal magnitud deberían tener valer parking sino tienen suficientes estacionamiento ; por otro lado los encargados del restaurante prácticamente se limitaron a hacernos esperar afuera hasta que el irresponsable que dejó su auto bloqueado Le diera la gana de salir a mover su auto. No vuelvo mas a un lugar donde no tienen ninguna consideración con los clientes, porque más les representa una sala de fiesta que una mesa de dos.