Spice Market

Paseando por la avenida, buscando una opción de comida entre semana, fuimos a la plaza nueva y apareció este restaurante, y con mi pareja dijimos, BUENOOO. Primero: era el único restaurante con movimiento de la plaza, aparte que uno cerro recientemente, y se veía bonito por fuera. Segundo: El ambiente es relajado pero agradable, bonito y con ciertos toques de elegancia, por lo cual tengo que decir es fue bien decorado, hay movimiento por lo cual lo hace ser un lugar bastante agradable, lo único que podría mejorar fuera un pokitin mas de iluminación. Tercero: La atención fue buena, una chica atenta, con conocimiento de la carta, de esas que hace su trabajo y no te agobia pero siempre esta atenta. Cuarto: La comida, aunque demoro algo, estaba buena, buen sabor y porción, precio calidad justo. Lo recomiendo y volvería en cuanto pueda.

Una muy grata visita a Spice Market por motivos de mi cumpleaños con los compañeros del trabajo. Nos atendieron por todo lo alto y el ambiente a pesar de estar repleto fué sumamente intimo y acogedor. Pedimos y degustamos una serie de platos donde se llevó los aplausos un Mongolian Beef de lujo cocinado a la perfeccion, inclusive los vegetales de acompañantes estuvieron sensacionales. De las entradas destacables los Coquitos de Salmon, sin duda un Must. Sin embargo, el pad thai dejó mucho que desear, los fideos con consistencia pastosa, y la salsa extremadamente espesa sin tener sabor alguno. Muy rico para acompañar la limonada de Yerbabuena y el cheesecake de fresa para cerrar es la guinda del pastel.

Excelente comida. Tiene muy buena presentación y aun mejor sabor. La atencion es lo mejor de lo mejor. En verdad vale la pena lo que pagas. Siento que es un restaurante de calidad

Todo lo que he probado en este lugar es sobresaliente, excepto por el pad thai que de verdad me decepcionó. Recomiendo los fish tacos y el mongolian beef. Para cerrar ofrecen buen café.

Cuando leí la reseña de Spice Market en A La Mesa, ese mismo día fui a probarlo.Que decepción, la carne estaba tan saturada de salsa que no se podía comer y mucho menos apreciar el sabor de la carne. Agarre el vaso de agua y se lo eche encima para aligerar el sabor y ni así me gusto. El mesero al ver tal sacrilegio pregunto si deseaba cambiar el plato , pero ya era muy tarde. No vuelvo más.