Michael's

Desde hace un rato quería visitar Michael’s y lleno todas mis expectativas, teniendo un excelente menú para brunch con bastantes opciones. Tremenda atención y el lugar es muy lindo.

Hoy fue desayuno dominguero, y llamé a una amiga que estaba pasando por momentos difíciles. La invité a desayunar para animarla. Escogí Michael’s sin dudarlo, porque sabía que allí encontraríamos mucho más que un buen desayuno… encontraríamos atención con el corazón, un lugar donde ella podría pasar un momento de esparcimiento y relajación, y olvidar por ese tiempo sus preocupaciones. Y así fue. El ambiente te permite conversar con una música a un excelente nivel, donde puedes hablar como en casa, sin tener que alzar la voz. La atención del personal, tod@s l@s chic@s, te regalan sus sonrisas y atenciones para que te sientas especial. Desde que llegamos, fuimos recibidas con sonrisas genuinas y un trato personalizado que te hace sentir única. El personal de Michael’s no solo atiende: te abraza con su calidez. Cada uno de los chicos y chicas está pendiente de ti, sin importar su jerarquía; te miran a los ojos, te escuchan, te conversan. Y eso, en estos tiempos, vale oro. Ni hablar de la comida: nunca decepciona. Sabor exquisito, una presentación que alegra el alma y porciones generosas que te dejan más que satisfecho y feliz. Mr. Michael, siempre pendiente de que todo en su restaurante fluya… y así es, todo fluye. Y en la barra, Eymi… qué ser humano tan especial. Te atiende con una sonrisa que reconforta y te prepara bebidas —frías o calientes— que son puro cariño en una taza o en un vaso. Cada receta tiene su toque mágico. Hoy, mi amiga salió del restaurante con otra energía. Su rostro reflejaba paz y ánimo renovado. Michael’s no solo es un lugar para comer delicioso, es un refugio donde te cuidan, te miman y te ayudan a recargar el alma. Si buscas un lugar donde el corazón del servicio se sienta en cada detalle, Michael’s es ese lugar. No dejes de visitarlo.

Fuimos para desayunar y la verdad tienen una variedad para escoger que es difícil decidir; todo estuvo muy bueno y buenas porciones.

la comida estuvo mala, las papas rústicas estaban secas y duras. además le colocaron mucha sal. las tostadas estaban aguadas sin sabor. las frutas no era recién cortadas. pareciera como si estuviera refrigerado por mucho tiempo.

Tuve la peor experiencia de mi vida en un restaurante, era domingo, estaba lleno, tomaron el pedido rápido pero demoro en llegar. Hasta ahí todo normal... Pero al probar los platos, nos trajeron un burrito de pollo con POLLO sellado por fuera y crudo por dentro. Y unos Benedictinos que parecían más huevos duros tanto que la yema se desmoronaba. Primero nos dimos cuenta de los benedictinos por lo que la primera mesera al decirle al respecto No tenía Ni idea porque estaban mal y me pregunta en tono despectivo, los quiere más suave... Y queda de traerme a la supervisora. Ella al verlos de inmediato reacciona y se lleva los huevos para hacerlos nuevamente, ok. Mientras estamos esperando esto, yo pruebo el burrito de pollo (que por cierto habíamos pedido de huevo), y muerdo y Voilá veo todo el Pollo rosado en el centro. Me quejo y el primer mesero también reacciona como si nada. O sea!!! Y mi pareja comió parte de este burrito antes de darse cuenta. Nadie reaccionó inmediatamente disculpándose, hasta que vamos donde la supervisora ya para que nos cobren el café que fue lo único que ingerimos.. Y ella sí se disculpo sabiendo la gravedad del asunto. Y no nos cobraron. Hago este review ya que lo que me llevó al lugar fueron ver buenos reviews, sin embargo al compartir mi historia en redes me dicen que no soy la primera... "Y que no debo ir domingos" ...