Meze

La experiencia completa, es un deleite para todos los sentidos: la vieja casa, la terraza, los azulejos, la vajilla, los ambientes, la explicación del personal acerca de Meze y su historia, las fotografías en los muros, y la selección ofrecida en el menú! Es un lugar para regresar.

De veras que yo no soy de dar malos reviews. Pero esta experiencia en Meze se pasó. Por donde empiezo... llegas con reservación y nadie que te reciba. Hay que pedirle al mesero que pase por ahí. Pedí reserva para 2 y me dieron mesa para 4, ok no hay problema (mas espacio pensaría uno). Al rato "no que pena pero estamos llenos, les molesta que quite la mesa que esta pegada de los otros 2 puestos" (ok). Al rato, "no que pena les podemos voltear su mesa para el otro lado que en la mesa contigua debemos agregar otra mesa y no cabe" (okeeeeyyy). Y me voltean me dejan la mesa sin buen apoyo de esas que bailan a penas la tocas y se fueron. Y que decir de cuando quieres mas vino. Pedí botella y la dejaron en un balde con hielo al otro lado y cada vez que queríamos más, busca al mesero para que venga a servirte. "Se acabo el pan me traen más?" Pidelo 3 veces a ver si te traen. Y para colmo llega el pollo y esta crudo. Y ni sigo porque tienen una carta de vinos que a la tercera es la vencida porque las dos primeras que pedí... "no hay, no hay". De veras que me dañaron la velada con mi esposa.

la comida estuvo buena en general, salvo los langostinos que estaban ok, deben pedir comida tipica del restaurant, muy buen atencion y el ambiente bueno.

Excelente servicio del personal, muy buena comida, solo que me parece que el tamaño de la porcion es regular. Muy rico el dulce de chocolate con helado.

Siempre una grata opcion. Llevé un grupo de amigos extranjeros, de diversas nacionalidades y a todos les encantó tanto la comida como el ambiente.