Matsuei

Me gusto la decoración japonesa que tenían adentro; sin embargo sentí que era un espacio un poco cerrado...la comida estuvo buena, aunque creo que se pasaron un poco de salsa en mi katsudon, en cambio el udon que pedimos estaba rico

No me gustó lo que me sirvieron. Pedí unas gyozas fritas y estaban pasadas de fritas, mucho sabor a aceite y una de las salsas muy saladas. El pedido de mi esposo se tardó más de lo debido, por lo que se molesto. Un salonero pregunto cómo estaba todo (cosa que se agradece ) y allí le dijimos que se habían tardado y apareció el pedido, pero los rolls que se pidieron llegaron tempurizados y nunca preguntaron si lo queríamos de una forma u otra. Total no fue tan buena la experiencia como pensamos.

Lo primero que se siente al entrar es el olor a madera del lugar y el silencio, a pesar de estar cerca de una de las calles más transitadas. Cuentan con diferentes divisiones que le hace propicio para tener veladas privadas de ojos curiosos. La comida se presenta de manera humilde y sin muchos arreglos, el sabor especial de cada bocado del onirigi hace q todavía me sienta como una niña. No hay quejas, el servicio es rápido y sin equivocaciones.

Uno de mis restaurantes favoritos, todo es rico. El pulpo al olivo ganador! Las almejas y el consomé de almejas buenísimo. Es super kids friendly.

La verdad es que por los precios esperaba un poco mas de este lugar, sinceramente no me encanto la comida y pienso que por menos hay mejores lugares a donde ir, sin embargo es una opción y hay que probar. También me paso como una persona que comenta que tuvo que tomar la salsa de otra mesa.