Las Hadas (San Francisco)

En el pasado únicamente había probado postres de Las Hadas en fiestas o reuniones. Hace poco empecé a visitar el establecimiento en persona y la experiencia ha sido interesante y lo que más me gusta es que trabaja 24 horas. Comida: Los postres tienen una variedad bastante buena y no están pasados de azúcar, siempre están frescos y tienen muy buena apariencia. Recomendación especial: Cheese Cake. Servicio: Varía muchísimo dependiendo de las horas y el personal que esté atendiendo, he sido atendido magníficamente y nefastamente. Realmente, es una ruleta. Ambiente: En ocasiones está muy tranquilo y en otras en una locura, depende mucho de lo que esté pasando en el hotel, sin embargo los asientos y mesas son bastante cómodos y se ajustan bastante bien a diversos tamaños de grupos.

El desayuno con salmón es un éxito, los postres son deliciosos y en la tarde para tomar un café y conversar es el ambiente perfecto.

He comido varias veces en este lugar más bien por conveniencia (abierto 24 horas) que por la calidad de sus platos. La comida es buena, nada impresionante y el servicio es lento, especialmente a altas horas de la noche.

Ya es muy sabido que los nachos, emparedados y sancocho de este lugar son muy buenos. Esta reputación la tienen bien ganada. Sin embargo, el servicio, con los años, en lugar de mejorar, se ha vuelto insoportablemente malo. En primer lugar, hay esperas kilométricas, aunque el local no esté lleno del todo. En segundo lugar, que te rellenen el vaso con agua es una odisea, y, todo esto, con una mueca de desagrado en el rostro. Qué dilema tener una excelente comida, y un mal servicio! Creo que el tema servicio cada vez pesa más para el comensal.

Decidi tomarme un cafe mientras esperaba que mi esposo saliera de una reunion en el Sheraton, pero termine cenando unos nachos espectaculares, que, aunque pidas el mas pequeno, tendras problemas para terminar el plato (las porciones son generosas). Mi esposo decidio unirse con un sancocho, tambien muy bueno, y un emparedado que estaba regularson. Los postres son siempre espectaculares. El ambiente muy calmado al iniciar la noche, ideal para conversar. El servicio, la verdad, siempre ha sido lento. No puedes ir con apuros porque vas a coger rabia, sobre todo a la hora del desayuno en fin de semana.