La Locanda (Obarrio)

Intentamos reservar el restaurante el sábado para la celebración de un cumpleaños, pero no nos hicieron la reserva porque ya tenían muchas, por lo que decimos ir un poco más temprano para tener mesa. El restaurante es muy grande y así mismo muy concurrido, todas las mesas llenas. La comida es bastante buena y a un precio muy competitivo. La atención es algo rara, ya que desde el momento en que llegamos el chico que nos atendió nos entregó el menú y se quedó esperando a que pidiéramos a pesar de que le pedimos unos minutos para ver el menú. La comida demoró un poco en salir y no llegó al mismo tiempo, inclusive nos llegaban platos de otras mesas, probablemente porque tenían muchos pedidos. Falta un poco más en la organización y tiene cabida para mejorar. El ambiente está ok, ruidoso por las tantas mesas conversando, es casual, perfecto para salidas con amistades y/o la familia.

Es bonito el lugar, su pizza son ricas. Ahí probé por primera vez pasta rosada (combinación de roja con blanca). Pero no me gusta su atención, nos cobran por una salsa que si se menciono que se iba cobrar)

Fuimos al mediodía y estaba muy lleno. Por fortuna tienen un estacionamiento privado a la vuelta de la cuadra con muchos espacios y gratuito para sus clientes. La atención es muy rápida y cortés. De entrada pedimos carpaccio portobello y melanzane alla parmigiana, ambos exquisitos, seguido por ensaladas de melanzane con prosciutto, salmón y rucula con aguacate y para terminar un delicioso tiramisu. Todo estuvo rico y rápido.

Tuve la oportunidad de comer los rollos de pasta y el sabor estaba regular. Los ravioles eran una porción demasiado pequeña. Su servicio es muy bueno.

He visitado este local en varias ocasiones. En mi última visita tuve la oportunidad de comer la lasagna de pollo gratinada y la misma estaba muy fría en el centro. Su personal está atento a los clientes, además posee una ubicación céntrica.