La experiencia en La Fishería fue excepcional, destacando tanto el ambiente como la calidad de la comida. Iniciamos con unas entradas deliciosas: los plátanos rellenos con camarones, que fusionaban un equilibrio perfecto de texturas y sabores, y las arañitas clásicas, crujientes y bien sazonadas. Como platos fuertes, el filete mignon, cocinado al punto exacto y acompañado de guarniciones que realzaban su sabor, y el pulpo al grill, tierno y con un toque ahumado, fueron simplemente memorables. Culminamos con un tiramisú que equilibraba suavidad y dulzura. El restaurante ofrece un ambiente acogedor con una encantadora vista al mar, música a un nivel cómodo que permite conversar y disfrutar de la compañía, ya sea para una velada romántica o una celebración familiar. La atención fue sobresaliente, y los tiempos de preparación fueron los adecuados para una experiencia relajada y placentera. Sin duda, un lugar para repetir.