Kahlo

Otro restaurante sobre valorado en Panamá. La decoración bellísima y ya. La comida muy normal (calidad precio ok), los tragos fatales y más caros que los promedio en la ciudad. El servicio malisimo, dejan de lado la buena atención por el rush de trabajo.

Es un lugar muy bonito, con una decoración algo particular que llama mucho la atención. Sin embargo, nosotros no tuvimos la mejor experiencia. Recibimos una cantidad de “no” por respuesta de cosas que no tenían sentido. Por ejemplo, pides una botella de vino y te dicen que no la tienen disponible pero si por copa, a cambio te ofrecen una de mayor precio (si lo tienes por copa es porque tienes botellas). Luego pedí un sushi que tenía salmón y la respuesta fue que la mitad de la carta de sushi no la tenían disponible pero si otros rolls que igual llevan salmón, como es que hay salmón para unos rolls y no hay para otros?. Pedimos una entrada cuya descripción era diferente a lo qué recibimos. Por apenas dos rolls tuvimos que esperar 45 minutos a que nos sirvieran, afortunadamente el roll estaba muy bueno pero el plato que pidió una de las personas estaba fatal. Cuando llegamos al postre, preferimos pedir la cuenta e irnos. La verdad, dudaría en volver a este lugar. La atención del salonero Diego fue lo más rescatable de la noche.

Excelente servicio, mi mesa estuvo a la hora solicita y la comida deliciosa cuidando cada detalle de la presentación y aseo

Un lugar para disfrutar de una alucinante aventura gastronómica y que te transporta a un exótico e inesperado lugar. Con la excelente atención y guía de Mauricio y todo el personal disfrutamos de una agradable y amena cena. Un Toro Enjaulado para comenzar, Croquetas Khalo y el Lienzo de Diego son buenas sugerencias a degustar.

Unas amigas y yo fuimos por primera vez a Kahlo!. El ambiente es bien exótico, para ser martes estaba bastante lleno. El salonero Diego fue muy atento a nosotros pese a que los platos si demoraban más de lo normal por lo ocupado del restaurante. En los rolls no tenían 4 de ellos lo cual nos sorprendió ya que ni el alaska que es un roll tan básico no tuvieran ingredientes suficientes para hacerlo. De primero nos atrevimos a probar unas croquetas de jamón ibérico con atún lo cual nos pareció que estaban secas que para ser unas croquetas la bechamel debe ser protagonista. (La entrada llegó después de los rolls). Queríamos pedir una botella de vino Alamo para compartir entre las 3 y por supuesto no había pero si por copa. De los rolls solo pudimos pedir el red green que estaba sensacional y un tartar magia de frida que le faltaba un poco sazón ya que más bien era simple. Yo pedí un Kahlo que es el cocktail de la casa que estaba muy fresco. Mis amigas se tomaron las copas de vino Alamo y una de ellas quiso degustar la Margarita de Mango que aparentemente de mango solo tenía el nombre. Agradecemos enormemente toda la ayuda de Diego hacia nosotros, excelente salonero!!!.