Jungla Bowling

Excelente ambiente para disfrutar con la familia o amigos. Sirven porciones de buen tamaño y me sorprendieron con el buen sabor de sus comidas.

Una muy mala experiencia con el supervisor Oliver. Vimos una promoción y preguntamos a 2 meseros que nos confirmaron, al revisar la imagen, que sí existe. Sin embargo, a la hora de la cuenta, llega con otro precio. Consulto al mesero, quien me confirma que se equivocó e instantáneamente llama al supervisor. Este último decide ser arrogante, diciendo que esa promoción no existe y que ha expirado, a pesar de que la publicidad no tiene fecha límite. Decide ser sarcástico y dice: "Voy a ver en qué te 'AYUDO'", de forma despectiva. Esto me enoja, ya que el error fue de ellos. Me pregunto qué le hace pensar que no puedo pagar la cuenta y cuándo le estaba pidiendo un descuento. Estoy reclamando su publicidad engañosa y él termina intentando discriminarme en vez de pedir una disculpa y asumir el error.

En plan de comer algo rico y jugar bolos esta buenísimo. La comida es bastante buena y acorde teniendo en cuenta el costo de la misma. La atención no es nada extraordinario, digamos que cumplen con tomarte la orden y llevarte la comida.

Este lugar es ideal para disfrutar de una divertida partida de bolos con amigos o familia. La comida es deliciosa, aunque las porciones podrían ser un poco más generosas considerando los precios. Sin embargo, su amplia variedad en el menú y bebidas compensa esto. Cuenta con una excelente ubicación con muchos estacionamiento. En general, lo recomendaría gracias a su rápido y atento servicio.

Si tienes más de 15 años, no vayas. Éramos el único grupo de adultos ay y lo experimentamos por primera vez una cosa loca: nos amenazaron con pararnos porque lanzábamos las bolas «demasiado rápido». Tened en cuenta que somos un grupo normal de gente a la que le gusta practicar y sabe jugar bien, pero parece que esta bolera está dirigida a los niños (pero no avisan eso). El encargado nos advirtió, intentamos ir más despacio (lo que acabo con nuestro juego) y aun así seguimos sobrepasando el límite, y finalmente (con el encargado observándonos todo el tiempo) decidimos irnos sin terminar nuestro tiempo pago. Pagamos caro, no pudimos jugar con normalidad y el empleado fue super maleducado. Nunca volveremos y no se lo recomendaría a nadie que no sea un niño jugando despacio.