Hacienda Real

He ido a este restaurante varias veces, pero quisiera comentar el día que fui en mi cumpleaños. La comida es deliciosa y el único problema realmente es decidir que pedir. La entraña es deliciosa, sugiero pedirla a 3/4 para saborear mejor sus jugos. Para los que quieren variedad, la parrillada es un 'must'. Ahora, no solamente hay carne de res, también hay pescados y mariscos, que acompañados de una buena salsita hacen del comer un descubrimiento de sabores... El flan de la casa es un experiencia inolvidable (con razón es el que más se les acaba y rápido en la cocina!). Sumamente especial es si estás de cumpleaños los meseros te cantan las Mañanitas con todo y matraca. Salimos muy satisfechos con la atención, el ambiente es muy tranquilo para conversar amenamente y parquear no es tan problématico ya que tienen valet parking. Aunque es grande, reservar no está de más por que siempre está lleno, más si vas con un grupo grande.

El ambiente muy acogedor y la atención muy buena sin embargo por el precio de los platos espere una comida con mucho más sabor y no tan simple. Los platos tenían buenas porciones sin embargo eran muy sabores muy genericos con respecto a su precio, por ejemplo el Queso Fundido especial, e probado mucho mejores por menor costo.

El caldo es super rico y recomiendo la parrillada...

Tengo que aceptar que cuando salimos a almorzar en familia no me pasa por la mente este rest y no sé por qué. Tiene excelente ambiente, buenos precios y buena comida. El caldito de entrada es riquísimo, y la entraña no falla. De postre el flan con un cafecito no puede faltar para cerrar con broche de oro.

Nos ubicamos en el primer piso del restaurante y no hubo buen manejo de la atención en esa área. La atención fue demorada en la mayoría de los pedidos que realizamos. Un ambiente agradable debido a que su decoración si va con el nombre. Te transporta a una casa de Hacienda. Decorada con objetos bonitos. La comida con varios platillos parecidos a los Mexicanos. Nada espectacular, diría que sencilla. Pedí unas fajitas de res, que mas que fajitas parecían lo que llamamos en Panamá un bistec picado. Los frijoles refritos estaban secos y acompañados con unas tiras de queso blanco que no tenía sabor.