Visité este restaurante de noche, me encanto! La decoración de este lugar es espectacular y tienen banda en vivo, lastimosamente estaba tan lleno que tuvimos que sentarnos en la terraza, pero la verdad fue extremadamente agradable. La música que tienen afuera esta en el volumen perfecto para poder hablar y la brisita de noche complementa totalmente. Fui solo a comer postres, comi una tartaleta de chocolate y una tartaleta que tenia crema de banano (nos recuerdo el nombre de ninguno de los dos) estaban riquísimos. Respecto al servicio, cuando entre vi a todos los meseros en movimiento atendiendo a los clientes, cuando pagamos los dulces fuimos y nos instalamos en la terraza y un joven fue y nos llevo los dulces a la mesa. A pesar de que en la terraza eramos pocas personas, había un joven que se quedaba ahí fuera pendiente por si alguna de las tres mesas necesitábamos algo, muy bueno la verdad. Los felicito! Definitivamente quiero volver!
