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Los puntos buenos del restaurante El Prado son su ubicación céntrica en vía Argentina, su servicio 24 horas y su variado menú. Hasta los clientes son chéveres: entre parejas, extranjeros y familias. Pero, la comida es tan mala en calidad y en ejecución, que quisiera escribir esta crítica, solo porque creo que El Prado tiene muchísimo potencial. Al riesgo de querer ser un wannabe "Restaurant: Impossible," he aquí algunos puntos. La decoración puede ser más simple y pareja. Algunas partes parece casa de campo, otras partes parece barco velero, mientras que otras parece tiendita. ¿Será que cada gerente que han contratado ha puesto su toque "personal?" Yo optaría por un look más sobrio que se presta para un brunch familiar de día, un lugar para leer un Book de tarde, y una terracita agradable para una cerveza de noche. La comida no debe ser tan complicada. Allí me comí el peor club sandwich de mi vida. Todos sabemos que los ingredientes de este clásico son alguna carne en rebanadas, bacon, lechuga y tomate. Algunos le ponen mayonesa o mostaza o ambos. Esta versión no tenía ni vegetales ni bacon. No sé si fue porque eran las 12:30 a.m. pero no debería importar. El servicio debe ser igual a cualquiera hora si dicen que está abierto las 24 horas del día. Mantengan un menú simple y fresco. Nadie se espera ni una langosta, ni un pavo de Navidad de un establecimiento como este. El servicio es familiar pero muy lento. Ser atendido por estos meseros da una experiencia auténtica del nivel de educación y de cultura del servicio que se encuentra en nuestro país en este momento. Deben actualizarlo aunque suene ridículo mandar a estos meseros a hacer un seminario. Con tantos extranjeros yendo a este lugar, a veces el servicio hace más relaciones públicas para el país que filmar "The Bachelor" en San Blas. Con estos cambios la gente seguirá yendo, porque ¿quién no tiene algún buen recuerdo de El Prado? Si eres de acá, sabes que lo queremos. Aunque nos de pena decirlo.
