Casa Blanca

Buen servicio, aunque la comida es mejorable (las arañitas que pedí pensé que eran calamares). Excelente ambiente con terraza en la plaza.

El ambiente de verdad es muy agradable. Uno de esos lugares que hace que ames vivir en Panamá. La comida y música en vivo en la plaza Bolivar hace un ambiente increíble. Con respecto a la comida no me parece nada especial y en el servicio deben mejorar es varios aspectos. Aveces es por la sobre carga de personas, pero no es excusa.

Este es un lugar que nunca me falla ya sea para un almuerzo o cena casual de negocios o para sentarse a platicar con amistades o familia. La atencion es variable pero generalmente esmerada. El menu es estable, confiable, variado y de buenas porciones. Sobre todo si tienes visitas del extranjero y quieres mostrarles el casco es un lugar estrategico con valet parking o con el estacionamiento frente al teatro nacional a cuadra y media. Sentarse afuera es super relax donde eventualmente hay interpretaciones de jazz o baladas al aire libre. En las tardes ponen mesas con paraguas en la parte del parque Bolivar que te da una experiencia diferente. Si quieres obviar el calor facilmente te puedes trasladar a las mesas del interior donde hay aire acondicionado y esta el bar. En ciertas noches tienen cantantes en vivo de jazz de buen nivel. La gastronomia es panameña caribeña con opciones internacionales. Un lugar que nunca te deja mal.

Un lugar súper cálido y agradable, excelente atención, muy buen servicio, súper rápido, la comida muy buena, buen sabor, los recomiendo ♥️

Describo mi experiencia del 14 de febrero de 2022 en el restaurante: 1. Reservé por degusta y no mantenían el registro de la reserva. 2. La persona de la recepcion nos ofrecieron una mesa sucia en el área del parque. 3. Cuando el mesero fue nos preguntó si teníamos reserva. 4. Al limpiar la mesa, preguntamos si tenían alcohol , sobre la pregunta no hubo respuesta, el mesero sólo se limitó a traer el alcohol posteriormente. 5. El mesero nos pregunta si estamos anuentes de la carta de San Valentín. A lo que respondemos que no y de forma apurada nos indica lo que contiene ese menú y nos dice que cuesta 45 dólares por persona. 6. Le pregunto al mesero que si nos puede traer la carta, su respuesta es insistente en que la opción debe ser el menú de 45 dólares por persona ya que la carta normal tenía disponibilidad recortada. 7. Insisto en que nos traiga la carta y con un gesto de molestia se va y regresa con la carta. Acto seguido me retiro del restaurante. Sentí una abrumadora imposición del menú de 45 dólares por persona lo cual me incomodó.