Casa Alejandro

excelente lugar. las entradas no demoran, las croquetas de jamón ibérico frescas y crujientes y los hongos muy buenos. la sangría de vino blanco tiene un buen balance de dulce y no empalaga. deliciosa. el cochinillo suavecito con su costra crujiente y el costillon estaba muy bueno. el crema catalana deliciosa y suave

Tiene la mejor morcilla de Burgos del país (Importan los ingredientes de España las hacen en la casa.m). De entrée: lenguado entero con un importante sello de sal gruesa y vegetales, y de postre casquillos de maracuyá con queso. sencillo pero contundente!

hoy empezamos con un guiso de cuchara poco visto aquí: “Judiones de la Granja”, plato emblemático Segoviano a base de unas judías de gran tamańo originarias en la Granja de San Ildefonso, cocidas con morcilla. Estaban exquisitas. Seguimos con un cochinillo muy tierno perfectamente cocido, acompańándolo con un vino Riojense “Alverdi”. De postre unos cascos de maracuyá con queso crema. Todo muy recomendable.

La comida es excelente y la atención muy buena, supervisada personalmente por su propietario el chef Alejandro. Ofrecen el mejor cochinillo de la ciudad y de postre una galleguísima Torta de Santiago, difícil hallazgo en esta ciudad. El pulpo a la brasa y las albóndigas de ternera acompañadas de arroz blanco sobresalieron esta noche. Las carimañolas de bacalao y las chistorras no son muy diferentes. La lista de vino es muy atinada (aunque le hace falta el Proto Reserva).

Abrió hace 2 años donde antes estaba El Rincón Alemán. El chef-propietario, de familia Gallega antes en Venezuela, es un restaurador experimentado y amabiĺímo. Llegamos 4 amigos a almorzar a la 1:00 p.m. y salimos a las 9:00 p.m. ¡La comida y estaba tan buena y la pasamos tan a gusto que no nos queríamos ir! Al final de la noche habíamos repasado un codero (excelente), un cochinillo tierno perféctamente cocido, unas albóndigas de ternera que no he comido mejor, un pulpo a la gallega estupendo, gambas al ajillo (fué lo mejor). De postre, queso camenbert horneado con miel y nueces, postre francés básico que confieso no es mi gusto pero estaba como debe prepararse. ¡Viva España!