Iba con buenas expectativas en vista de que el restaurante es frecuentemente mencionado como un buen sitio. He de destacar que la atención por parte del personal fué excelente de principio a fin; lamentablemente la comida fue algo decepcionante. Fuí junto a mi familia, ordenamos el omelette tableño, el desayuno boqueteño, una orden de torrejitas de maíz con queso y una orden extra de hojaldre + huevos revueltos… las tortillas y hojaldres estaban en extremo grasosas (cosa que no se justifica necesariamente por ser frituras) pero lo peor fué que tanto las tortillas como las torrejitas de maíz estaban todas llenas de los residuos negros característicos del aceite reutilizado en exceso y/o quemado lo cual me resultó muy desagradable. El omelette estaba regular, bajo en sal para nuestro gusto. Ordenamos además 2 capuccinos que estaban buenos. El ambiente relajante al aire libre, muy agradable el área boscosa contigua de donde se pueden escuchar animales e insectos. Debo señalar que hace falta retocar la gravilla del área de las mesas, pues casi todas se encontraban lodosas y más ahora con el inicio de las lluvias fuertes. Para mí fueron más los contras que pros por ende no regresaría, no lo recomendaría.
