Azafrán

Hace tiempo deseaba visitar este restaurante. Tienen Valet Parking. Está ubicado en una casa antigua de San Francisco sin extravagancias. El servicio del joven mesero que de hecho tiene experiencia, es atento pero le falta finesse. La delicadeza es parte esencial de su trabajo. Logramos probar los Chicharrones de Cordero (excelentes), carne de cordero, sofrita hasta el punto de un crocante muy bueno, el pescado del día y recomendado por la casa el mero a la plancha, al ajillo y otro con una salsa de curry todos estuvieron muy buenos. Las costillitas cocidas a fuego lento se deshacen en la boca y acompañadas atinadamente con un risotto con queso. Degusté por primera vez un Chardonnay Chileno de la casa Torres procedente del Valle de Limarí, del cual tampoco conocía su existencia. Inicialmente con el toquecito ligero del tabaco, característico de un buen Chardonnay pero que rápidamente en este vino se disipa y se pierde en pocos minutos. En general una experiencia agradable que repetiré.

Excelente comida, un restaurante muy muy consistente. De los mejores de la ciudad realmente. En la última visita probé los langostinos con aguacate y huancaína muy buenos. El pan de la casa es buenísimo. Los postres los han mejorado un poco, cosa que es muy bien recibida. Servicio muy atento y lugar sencillo y acogedor, la estrella es la comida.

Estoy muy feliz por finalmente haber probado este lugar! Todas las entradas, platos fuertes y postres deliciosos! Pedimos de entrada: croquetas de cordero y queso ahumado, chicharrones de cordero y piquillos rellenos de pescado. De plato fuerte probé el risotto con pulpo y leche de coco que estaba increíble y el arroz con curry, cordero y chicharrón que también muy bueno! El postre fue realmente divino, una torrija con helado que estaba espectacular. Me sentí devuelta en España con esta torrija. Suave por dentro y tostadita por fuera. Deliciosa! La atención fue muy buena y el lugar tiene un ambiente muy calmado. Todo blanco y música serena. Espero volver pronto!

Buenisimo! Es una especie de fusion de comida española (el pan gallego, las croquetas y el pulpo de entrada a otro nivel!), los segundos platos muy ricos, las mezclas de sabores son increibles. Tuvimos una mala experiencia con el postre pues la verdad estaba terrible, no sabia a nada, pero se disculparon, y no nos lo cobraron. 100% repetiria.

El pulpo de entrada estaba bien, aunque un poco cauchoso. el risotto con chicharrones estaba muy bueno, el pato que pidió mi compañera estaba bien (para mí, un poco dulce la salsa) y la orden de espárragos estaba pequeña e insípida. los postres, bastante comunes. el servicio fue atento. el lugar es lindísimo. la carta de vinos es más de cantidad que de calidad, para el nivel al que apunta el restaurante.