Aya la Vida

es muy Restaurante el servicio excelente las entradas excelente el plato fuerte no hay duda de qué hacen el mejor esfuerzo salvo que deben ponerle un poco de sal a la carne pero por lo demás pues bien el postre bien el servicio bien los tragos bien un buen lugar para ir con pareja o en amigos en definitiva volvería una segunda vez

Excelente comida. Eramos 5 en el grupo y a todos los gusto su planto. En lo personal pedi el Tamal de Olla con Chen Chen. Me parecio muy rico con un sabor muy peculiar y delicioso. Una observacion en el Ambiente; Habia musica en vivo la cual estaba muy buena, sin embargo el volumen muy alto por lo que era dificil conversar y comunicarse con el mesero. Una lastima porque genero una molestia en la mesa que daña la experiencia.

Si buscas un lugar donde disfrutar de la auténtica comida panameña con ingredientes locales, te recomiendo el restaurante Aya La Vida en el Casco Viejo. Es un sitio impresionante, donde cada plato es una obra de arte. La comida es muy rica y variada con platos tradicionales elaborados a nivel gourmet. La presentación es muy cuidada y atractiva, y el ambiente es muy acogedor y familiar. El servicio es excelente, todo el personal son muy atentos y amables, y te hacen sentir como en casa. Los precios son razonables para la calidad y la cantidad de la comida. La ubicación es un tanto escondida pero vale la pena buscarlo. El restaurante Aya La Vida es una joya en el Casco Viejo, que no te puedes perder si quieres vivir una experiencia gastronómica única y memorable.

ambiente acogedor, menú que recoge una muestra de nuestra comida panameña con un toque moderno sin perder su alma. Todo full recomendado

Los primeros minutos en este lugar no fueron buenos por la espera, pero luego todo cambió para hacerse perfecto. Tiene un ambiente elegante, verde y de verano. No sólo el mesero, todo el personal fue muy atento. Comenzamos con unos chicharrones de éxito. Crocantes y con tres salsas muy ricas. También pedimos un tiradito de pulpo delicioso. De plato fuerte pedí un tartar de filete. Te lo preparan en tu mesa, muy fresco todo. Viene acompañado de una generosa porción de yuca. Mi acompañante pidió un Rib eye que vino según el término pedido acompañado de buñuelos de maíz. Todos los platos tienen nombres muy pintorescos que hacen alusión a elementos panameños. De postre pedimos raspado y fresas con crema, que aunque suenen simples, estaban a otro nivel. Tomamos whisky sour y tintos de verano que fueron ejecutados a la perfección. Nos ofrecieron algunos tragos de cortesía. El chef pendiente de cada mesa e interactuando con los comensales. La dueña se quedó conversando un rato y nos acompañó al salir. Aunque en el pasado chefs famosos han abierto restaurantes de cocina Panameña Gourmet, siento que este es el primero que siento que lo ha logrado! Todo es perfecto aquí. De seguro volveré.