Aya la Vida

el lugar está bello!! muy acogedor, excelente atención!! las entradas muy buenas, los platos fuertes pedimos 4 cosas diferentes y la verdad ninguna estaba disque waoooo qué delicia!! me decepcionó un poco porque el lugar muy lindo

Este restaurante es mi favorito. Cuando mezclamos comida, lugar, ambiente y servicio de excelencia Aya la Vida los tiene todos. Sus dueños siempre están cuidando de los detalles y procurando un ambierte super agradable. Tienen música en vivo a partir de los miércoles. Diferentes ritmos y gente con talento. Mis favoritos del menú, las torrejitas de bacalao y la ropa vieja. Pero en general todo lo que he comido ha estado delicioso.

Quiero comentarles que este lugar está super chévere. Es amplio, agradable y con una atención de primera. Su dueña, Geraldina, está presente cuidando de los detalles. Fui con mi esposo y mi hijo a celebrar nuestro aniversario. Excelente elección. Por supuesto que se trata de comida panameña con un estilo propio. Yo ordené un salmón que venía con un puré de camote que tenía una delicada textura y unas torrejitas de maíz tostaditas y deliciosas. Mi esposó pidió unos canelones rellenos de chorizo tableño gratinado. Buenísimo y diferente. Mi hijo ordenó el ribeye que nos comentó estaba riquísimo. Tenían a un chica cantando que le puso un ambiente super agradable a la velada. Más que recomendado Aya La Vida. Felicidades a sus dueños por tan buen concepto.

La comida muy buena, bien presentada y la sirven rápido. La atención igualmente muy buena: personal atento y pendiente de las necesidades de los clientes. El ambiente merece una distinción: agradable, tranquilo, mezcla lo tradicional con un estilo industrial. Lo recomiendo

Les puse 4 estrellas en comida por que en postres tienen mucho que mejorar. De todo solo les recomiendo el ceviche, carne mechada, chicharrones, el pulpo al grill y las almejas con chorizo Tableño también estaban buenísimas. El lugar es lindo, pero puse 2 estrellas ya que había un show de polleras por el cual era un motivo más para visitarlos y tristemente solo un área del restaurante pudo apreciarlo, el resto solo escuchamos la música sin ver absolutamente nada. Otro punto es que se les daño el aire acondicionador y el restaurante era un horno, no cuentan ni con abanicos para alivianar el tema. Al final cuando pedimos la cuenta nos brindaron de cortesía un copa de cava, pero era muy tarde para eso, estábamos llenos y a punto de salir del restaurante.