Ato Fusion Cuisine

La atención es buena, entregaron los platos a medida que salían lo cual es conveniente para mi ya que tengo un niño de 4 años y es mejor alimentarlo primero. El yakimeshi de pollo estaba bueno aunque un poco grasoso. El Pad Thai tenía un sabor raro un tanto mariscoso el cual no estuvo muy agradable. Chicken fingers con papas fritas para niños, tenía más apanado que pollo. El ambiente es muy agradable, el tamaño pequeño del restaurante es acogedor para mi gusto, decoración y música excelente!

Muy buen lugar para degustar comida japonesa. La comida es de muy buena calidad. La atención y el servicio es bastante cordial. Tiene un buen ambiente para disfrutar de una buena comida. El único inconveniente es el estacionamiento especial en horas de la noche

Como opimión general, la comida no alcanzó mis expectativas. De entrada pedí un tartar de atún que estaba sabroso, pero normal. Como plato principal pedí un rol llamado Mohana, nada extraordinario, más bien bastante simple. Mi esposo pidió el center cut de filete, sobre puré de platano, tampoco sorprendió. La carne no estaba tan suave como debería para ser filete; salada por fuera y bastante simple por dentro. Para finalizar, me comí las milohas, muy bonita la presentación, la textura del postre particular pero el sabor, nada de otro mundo. El ambiente es muy bonito y acogedor, se esmeraron por hacer algo especial. La atención es buena.

Servicio atento y amable. Excelente el roll Himalaya. Los Cokitos de entrada un poco sosos. Muy buen brownie con helado. Decoración y ambiente agradable invita al compartir. Estacionamiento conveniente aunque el acceso actualmente (Sep.18) complicado por los trabajos en Calle Uruguay.

Es un lugar al que le hicieron especial atención a su decoración, el ambiente es perfecto para una cita, reunión de amigos, familiar o negocios. La atención especialmente atenta. Pedimos de entrada unas coquetas Kani korooke, Deliciosas y un Moe roll. Lo interesante fue el yakitoridon, son unos tallarines con mariscos presentados en unas hermosas bandejas de madera que mantiene el valor del tallarín. Le sumamos dos piñas coladas y fue la noche perfecta